El coordinador del estudio 'Jóvenes españoles 1999', Javier Elzo, destacó que el nivel de implicación social de la juventud española es muy bajo. Así, con siete de cada diez jóvenes que no pertenecen a ninguna asociación, los españoles tienen el nivel más bajo de la UE. Según Elzo, la escasa articulación entre el apoyo a valores finalistas, como la tolerancia, la ecología, el pacifismo, la lealtad, y el déficit que los jóvenes presentan en valores instrumentales como el esfuerzo, el compromiso, la responsabilidad o la participación, «ponen al descubierto la contradicción y dificultad para mantener un discurso y una práctica con una determinada coherencia».
El coordinador catalogó a la juventud española en cinco tipologías, con dos de ellas «emergentes»: la 'institucional ilustrada', en la que se incluirían un 29'7% de los jóvenes, y los 'libredisfrutadores' (el 24'7% del total). Otro 28'3%, principalmente de derechas y poco tolerantes, serían 'retraídos sociales'.
De las tipologías emergentes, en la primera abundan catalanes y gallegos y se caracterizan por estar satisfechos con la vida que llevan, confiar «aún críticamente» con las instituciones, su laicismo, la integración social y la escasa permisividad con las drogas. El segundo grupo, en el que abundarían los valencianos, vascos y navarros, son más liberales, permisivos, tolerantes y justificativos. Elzo describió el sujeto-tipo de «viva la virgen», que es indiferente hacia la Iglesia y está por encima de la media en el consumo de drogas ilegales.
Además de estos, otro 12'2 por ciento confía en las instituciones y está contento con su vida, pero desde una perpectiva religiosa y de derecha política. Son la tipología del 'altruista-comprometido', principalmente andaluces y castellanos. Por último, un cinco por ciento, sobre todo compuesto por vascos y navarros de extrema-izquierda, son 'antiinstitucionales': no confían en las instituciones y justifican el vandalismo callejero y el terrorismo.