El presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Karl Lehmann, anunció ayer que los obispos dejarán de emitir los certificados que permiten a la embarazada someterse a un aborto despenalizado, al término de la asamblea de los obispos alemanes.
«Con certificados o sin ellos, la Iglesia seguirá asistiendo a la embarazada en situación de crisis porque esa asesoría nos ha permitido salvar la vida de miles de no nacidos», dijo Lehmann, uno de los prelados que más ha luchado en favor de la permanencia de la Iglesia en la red estatal de centros.
Lehmann reconoció que esa asesoría deberá hacerse, a la larga, desde fuera de la red, habida cuenta que el Papa considera que la emisión de los certificados (de asesoría) facilita el aborto.
Hasta entonces, los obispos tendrán libertad para decidir el momento en el que los centros de su jurisdicción dejarán de expedir el volante que certifica que la mujer que se dispone a abortar recibió asesoramiento previo, como exige la ley.
Lehmann señaló que esa libertad no entra en colisión con Roma y tampoco debe interpretarse como un último intento de desobedecer al Papa, que ha pedido en cuatro ocasiones a los prelados alemanes que clarifiquen su posición frente al aborto.
«La indiscreción de algunas personas acerca de las misivas enviadas por el Vaticano y la manipulación que se ha hecho de las mismas ha dificultado enormemente nuestras deliberaciones. La polémica suscitada ha sido más perjudicial que otra cosa», subrayó Lehmann, en tono grave, al término de la asamblea de Fulda. Reconoció, sin embargo, que la última intervención del Vaticano no dejó mucho espacio al compromiso, «lo que no quiere decir que no haya fórmulas para seguir adelante con la asesoría», agregó.
Citó en ese contexto la disposición de asociaciones laicas a hacerse cargo de los centros católicos de asesoramiento "270 de los 1.700 que integran la red" aunque «es una iniciativa sobre la que aún debemos discutir entre nosotros».