Los inmigrantes amotinados prendieron fuego a la caseta de los guardias de seguridad del recinto, además de originar un pequeño incendio en un árbol al que arrojaron mesas y otros objetos, provocando daños cuantiosos. Ambos fuegos fueron extinguidos por el cuerpo de bomberos de Melilla sin que se produjeran mayores incidentes. Este motín, que tuvo lugar entre las 0.00 y las 2.00 horas de la pasada madrugada, se originó a la hora de la cena en el campamento de la granja agrícola en señal de protesta por un incidente ocurrido al mediodía del miércoles, cuando los guardias de seguridad del recinto pegaron a algunos de los alojados, según explicaron inmigrantes.
Además, manifestaron que en la granja carecen de las «mínimas condiciones dignas para vivir» ya que, aunque este centro iba a ser sustituido paulatinamente por el nuevo CETI "inaugurado en mayo y con más de 300 acogidos", la entrada a Melilla de nuevos inmigrantes obliga al Imserso a mantenerlo abierto.
Este incidente motivó que los inmigrantes, unos 300, se manifestaran por la noche «para reivindicar nuestros derechos», lo que culminó con el incendio de la caseta de seguridad, tras lo que fue avisada la policía local, aunque unos 50 inmigrantes, entre ellos mujeres y niños, abandonaron momentáneamente el campamento cuando se recrudecieron los incidentes.
Más de un centenar de efectivos policiales, entre policía nacional, guardia civil y policía local, con unos 20 vehículos, intervinieron con material de antidisturbios y fueron recibidos con pedradas y botellazos, por lo que dispararon algunas pelotas de goma, sin que se registraran heridos en ninguno de los dos bandos, según explicó el comisario de la policía nacional Miguel Alonso.
El motín pudo ser solventado tras entrevistarse el comisario con el cabecilla de los inmigrantes y garantizarles que durante el día de ayer serían recibidos en comisaría para que denunciaran los problemas que padecen en el interior de la granja agrícola.