El padre de la niña zaireña que fue arrojada la madrugada del pasado miércoles sobre la valla de la frontera de Ceuta, Moubiola Kipupa, ha recibido una oferta de trabajo estable en nuestro país para que no sea expulsado y contará con todo tipo de ayuda para que cuando trabaje la niña pueda estar en un centro o guardería, informó ayer la Asociación Mensajeros de la Paz.
La niña, Clarice, llegará hoy sábado, a las cinco y cuarto de la tarde, a Oviedo, donde se reunirá con su padre. La pequeña viajará acompañada de una educadora de Mensajeros de la Paz. Esta asociación ha trabajado, junto con la Delegación del Gobierno de Ceuta y los Servicios Sociales del Principado de Asturias, para hacer posible este encuentro.
A su llegada a Oviedo, padre e hija serán trasladados al Hogar Materno Infantil del Principado, donde se realizará a la niña una revisión médica completa y se le ofrecerá el apoyo psicológico y social que pueda precisar.
El encuentro no se producirá en el aeropuerto asturiano, como estaba previsto, al anular el Principado la llegada por deseo expreso del padre de la niña y para preservar el derecho a la intimidad de la menor.
El caso de Clarise ha despertado un auténtico movimiento de solidaridad en Asturias, que culminará con el reencuentro de la niña con su padre Moubiala Kipupa, gracias principalmente a las labores realizadas por las ONGs Mensajeros de la Paz, Cruz Roja y los Servicios del Principado y de Ceuta, donde está la niña.
Kipupa, que reside en Gijón desde hace unos meses, vive en un piso de la Fundación de Servicios Sociales de Gijón y se encuentra realizando un curso de formación del Inem tras abandonar el Congo hace unos meses.