El defensor del menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, aseguró que la sanción es parte de la educación, que los padres deben instruir a sus hijos según sus propias normas y admitió que en ciertas situaciones se puede recurrir a puntuales «cachetes terapéuticos». Urra insistió en la reforma del artículo 154 del Código Civil para que se impida a los padres infligir castigos físicos a sus hijos.
Esta idea, defendida en el marco de un curso sobre la violencia familiar celebrado en los cursos de verano de El Escorial, no impide que Urra reconozca que «en un día y en una ocasión se puede dar un 'cachete terapéutico' a un chaval, que significa 'para, hasta aquí hemos llegado', aunque esto a veces se interpreta por algunas personas con mucha facilidad».
«El problema de la bofetada es que es un recurso muy fácil, y no siempre se da en el mejor momento; no cuando se debe dar, sino cuando uno no sabe dominarse», explicó Urra.
A su juicio, los medios de comunicación son «terriblemente cuidadosos» con respecto a los maltratos infantiles, lo que agradeció, ya que en su opinión esto permite que exista en la actualidad una concienciación social sobre este asunto.
Urra valoró el efecto positivo de las reformas que se han introducido recientemente en el Código Penal, tales como la inclusión del delito de corrupción de menores y la extraterritorialidad de los delitos sexuales. No obstante lamentó el vacío legal en el campo de la difusión de pornografía infantil en Internet.