La mala utilización de la televisión puede llegar a producir una adicción que genera disfunciones e incluso trastornos, sobre todo en los más pequeños. Según los expertos, la «teleadicción» origina irritación, fatiga, alteraciones oculares y en el ritmo del sueño, pesadillas y una obsesión consumista, según el estudio «La televisión, ¡no te quedes mirando!», de la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos. Este informe destaca además otras disfunciones de la teleadicción en los jóvenes como son el aburrimiento, la dificultades de concentración, tensión nerviosa o agresividad.
Por ello, se aconseja a los padres que en cuanto observen en sus hijos síntomas de teleadicción que les provoquen disfunciones y una incidencia negativa en el cumplimiento de sus obligaciones y relaciones sociales, actúen con decisión.
Asimismo, el estudio advierte que las consecuencias no acaban aquí, sino que también se extienden a otros campos generando incomunicación, alteración de los mecanismos de descodificación, teniendo como corolario una confusión entre fantasía y realidad, así como un mimetismo, imitación y asunción acríticos de los modelos y valores que la tele propone.
Para contrarrestarlo, es conveniente animar a los hijos para que jueguen, practiquen algún deporte, lean, dibujen o desarrollen hábitos imaginativos y creativos.