Las notas del Bachillerato contarán más que la obtenida en la selectividad en la calificación media para obtener una plaza en la universidad, lo que «propiciará que los alumnos puedan cursar la carrera deseada», anunció ayer el secretario de Estado de Educación. Esta es una de las cuatro principales propuestas de reforma de las pruebas de acceso a la universidad presentadas por el Ministerio de Educación, y que pretenden entrar en vigor en junio del año 2000.
En concreto, la calificación definitiva para el acceso a la
universidad se calculará ponderando un 40 por ciento la
calificación global de la selectividad y un 60% la nota media del
expediente académico del alumno en Bachillerato. También se
valorará más la calificación de las materias vinculadas a los
estudios que los alumnos deseen cursar en la universidad
Otra novedad consiste en la introducción de la doble corrección,
efectuada, de forma independiente, por dos profesores, y además, si
la calificación difiriera en tres o más puntos se efectuaría una
tercera.
La tercera se refiere a la composición de la prueba, que tendrá dos partes: la primera de carácter general, que evaluará la madurez de alumno a través de un comentario de texto, una composición de un texto filosófico o histórico y el idioma extranjero (cada ejercicio durará hora y media), y la segunda parte se dedicará a tres ejercicios de las materias optativas, también de hora y media cada uno.
La última novedad es que los exámenes tendrán una duración de tres días, hasta ahora podían ser 2 ó 3, con un máximo de cuatro horas diarias, hasta ahora era de seis. Según el secretario de estado, esta reforma «no es fruto de la improvisación» sino que se articula sobre las diez recomendaciones de la Ponencia sobre selectividad constituida en el Senado en 1997 y que fueron aprobadas por la unanimidad de todos los grupos parlamentarios.