Trece años después de la catástrofe nuclear en la central ucraniana de Chernóbil, las regiones vecinas de Bielorrusia registran un dramático descenso del índice de natalidad y un aumento del de fallecimientos. Así lo señaló ayer en Viena la directora del Instituto de Ecología de Viena, Antonia Wenisch, según la cual si en 1991 los índices de natalidad y mortalidad eran allí muy parecidos, «desde entonces divergen de forma muy preocupante». En el distrito de Gomel, al norte del reactor, el índice de natalidad disminuyó de un 17'5 por cada mil habitantes en 1985 a 9 por mil en 1997.
Wenisch afirmó que también en Austria se ha registrado desde
aquella catástrofe nuclear un incremento de los casos de cáncer de
tiroides.
Algunos alimentos que crecen en la zona afectada como los
champiñones recogidos el pasado otoño por la asociación «los niños
de Chernobil» cerca de la central ucraniana tienen una
radiactividad record, incluso en ocasiones de 300 veces más que la
norma europea.