Las alrededor de 500 salas de bingo existentes en España facturaron el año pasado 576.158 millones de pesetas, un 1'2 por ciento por ciento menos que en el anterior ejercicio. Esto supone que cada español gasta en este juego 14.400 pesetas al año, en promedio.
Juan José Uzkiano, vicepresidente de la Asociación Empresarial de Juegos Autorizados, reconoció el estancamiento de este negocio en España y aseguró que no se está produciendo un «relevo generacional» en su clientela.
«La gente de 25 a 35 años prácticamente no acude a las salas de bingo, y el 80 por ciento de los clientes son personas mayores de 50 años que, además, acuden en muchos casos en solitario», señaló el representantes del sector. A su juicio, una de las salidas para potenciar el bingo es la introducción de juegos alternativos, como la introducción de cartones virtuales en sorteos que se desarrollen en varias salas interconectadas entre sí.