Miles de sevillanos visitaron ayer la capilla ardiente del torero Antonio Ordóñez, instalada por la tarde en el ayuntamiento hispalense y que permaneció abierta hasta las siete y media, hora en que el cortejo fúnebre se trasladó al cementerio de San Fernando para incinerar el cadáver del torero.
Aunque el crematario sevillano permanece cerrado los días festivos, ayer se abrió como una medida excepcional para incinerar al mítico matador, que falleció anteayer en la capital hispalense a los 66 años. Hoy está previsto que sus cenizas sean enterradas en la plaza de toros de Ronda (Málaga), su localidad natal.
Por la capilla ardiente pasaron los ministros del Interior, Jaime Mayor Oreja, y de Trabajo, Javier Arenas; la consejera de Gobernación, Carmen Hermosín; la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril; y el primer teniente alcalde del consistorio sevillano, Alejandro Rojas-Marcos.
También acudieron a dar el pésame a la familia, que velaba al cadáver en la capilla ardiente, el cantante y familiar del torero Miguel Bosé y las cantantes María José Santiago y Lolita.