Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 1'3 millones de personas pierden la vida en las carreteras de todo el mundo cada año. Además, las lesiones producidas por los accidentes de tráfico son ya la octava causa de muerte a nivel mundial.
Es por esto que las administraciones, como la DGT, se plantean año tras año un objetivo de accidentes cero o desarrollan campañas de vigilancia y control con las que se pretende disuadir a los conductores de adoptar conductas temerarias o peligrosas al volante.
Pero, además, las empresas y los fabricantes de automóviles intentan mejorar día a día las opciones de seguridad que se incluyen en sus vehículos. En un intento por llegar más allá en lo que a reducir la siniestralidad se refiere, Ford ha lanzado un proyecto para desarrollar una tecnología que permita identificar los puntos conflictivos de las carreteras urbanas para así prevenir accidentes.
Este proyecto consiste en crear una herramienta de seguridad vial apoyada en la conectividad de la gozan los vehículos más modernos. Utilizando estos automóviles conectados y colocando sensores en las carreteras urbanas se crea una gran red, cruzada con los datos de las autoridades locales, de información vial.
Esta base de datos permitirá conocer cuáles son los puntos conflictivos en el tráfico de la ciudad y cuáles son las posibles causas de los mismos. Por tanto, todos estos conocimientos adquiridos permitirán a las ciudades adoptar las medidas preventivas necesarias para reducir la siniestralidad.
Las primeras pruebas de este proyecto liderado por Ford pero en asociación con Vivacity Labs, Oxfordshire County Council y la Universidad de Loughborough y el apoyo del Transport for London se han realizado en Londres.
La financiación del proyecto proviene de la agencia de innovación del gobierno británico, Innovate UK, y del Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial del Reino Unido