Alejandro es un trabajador de la compañía aérea irlandesa Ryanair que tiene entre otras aficiones la de coleccionar coches clásicos y a lo largo de los años ha conseguido hacerse con una interesante colección. Nos explica que desde pequeño le gusta este mundo y que siempre que ha tenido la oportunidad de adquirir un automóvil en buenas condiciones y que le haya gustado lo ha hecho.
En cuanto a este vehículo, un MG B del año 1964, lo compró hace dos meses a un señor alemán que lo vendía en Mallorca a través de una conocida página de anuncios de internet.
Alejandro tenía claro que buscaba este modelo en particular, pero que para conseguirlo necesitaba vender antes algunos de sus coches clásicos. Así que optó por deshacerse de dos de sus reliquias, que no circulaban a más de 40 kilómetros por hora: un Fiat 509 de 1929 y un Citroën 5 cv de 1922.
El protagonista de este artículo no se arrepiente del cambio que ha hecho, sino todo lo contrario. Nos cuenta que lo que más le fascina de este coche es que cuando lo conduce le transporta a la época de la fabricación del vehículo y al uso y manejo de la gente de los años 50. Y todo ello le hace pensar y sentir cómo era la vida de cuatro ruedas en esos años. Otra curiosidad que le ha hecho decantarse por este auto es que a pesar de ser un coche tan antiguo le permite circular sin problemas por las carreteras actuales. También destaca, como principal atractivo, que el automóvil sea tan bajo al estar acostumbrado a ver siempre coches altos.
En la actualidad, asegura que utiliza el coche con mucha frecuencia, y no sólo para acudir a las concentraciones de su club Es Pisto, sino también para recorrer la Isla durante sus días libres.
Al tratarse de un vehículo descapotable, reconoce que mucha gente tiene la idea equivocada de que es solo para verano. Sin embargo, nos dice que con el equipamiento adecuado para el invierno se puede usar perfectamente todo el año.
Como anécdota explica que cuando va por la autopista algunos conductores jóvenes se ‘pican' con él y le intentan hacer correr más de la cuenta, aunque no les hace ni caso.
Este confortable deportivo de color verde oscuro, que pertenece a la primera generación del MG B, fue fabricado en Estados Unidos y matriculado en el 71. La carrocería y el motor, de 1.800 cc y que desarrolla una potencia de 100cv, han sido restaurados y todas sus piezas, así como las ruedas de radio o el volante de madera, son originales.