Alberto Arias admite que desde muy pequeño el mundo de los coches le ha interesado. Sus juguetes preferidos eran precisamente coches y por eso, cuando se hizo mayor, este mundillo le siguió interesando. Reconoce no saber nada de mecánica y no le interesa aprender. Le gustan los clásicos, pero que estén en buenas condiciones y no sea necesario estar todo el día de mecánicos con ellos. Por eso no dudó en comprar este precioso Volkwagen 1.300 de 1956, un coche que adquirió hace cuatro años a un señor de s'Arenal y que estaba en perfectas condiciones, ya que se trata de un coche fabricado en Alemania y que tiene una excelente carrocería ideal para la Isla, donde la humedad puede hacer mella en la chapa de un vehículo.
Nos cuenta que hacía años que estaba detrás de un coche de estas características, pues le encanta. Cuando vivía en Madrid ya estuvo mirando, pero no salió el adecuado y por eso, cuando se trasladó a vivir a Mallorca, siguió con su idea inicial de adquirir un ‘escarabajo'. Y llegó el momento cuando decidieron vender uno de los coches de la familia y adquirir un clásico y la verdad es que reconoce que la compra fue excelente, pues el coche llevaba tiempo encerrado en un garaje y su estado de conservación era perfecto, ya que su anterior propietario tenía otros modelos y no lo utilizaba mucho. Alberto sólo tuvo que darle un pequeño repaso mecánico y utilizarlo, después, eso sí, de hacerle unos pequeños ajustes en los amortiguadores para conseguir que el coche tuviera una línea más baja.
Sobre por qué un ‘escarabajo', reconoce que es un coche que siempre le ha gustado, cuando era niño su abuelo tenía uno y el siempre tuvo la idea de poder conseguir uno algún día. Claro está que no es un coleccionista, ya que no se lo puede permitir, pero sí tener un clásico sacrificando uno de los utilitarios de la familia, aunque asegura que a él personalmente no le cuesta mucho el no tener un coche para desplazarse, ya que si es necesario utiliza el ‘escarabajo' o, mucho mejor para la ciudad, la moto.
Porque, como muchos amantes de los coches y de la velocidad, empezó su andadura coleccionando motos y en la actualidad tiene una Vespa y una Lambreta con las que se desplaza por la ciudad.
El Volkswagen lo utiliza mucho, a veces incluso para ir al trabajo, pues es el segundo coche de la familia. Los fines de semana aprovecha para realizar excursiones con sus compañeros del club y pasar un rato divertido hablando de lo que les gusta y disfrutando de dar paseos con su familia.