José González es un jubilado de la construcción que encontró en la restauración de vehículos una de sus aficiones, aunque como nos comenta, casi sin darse cuenta, se vio inmerso en este mundo apasionante de los coleccionistas y restauradores de coches clásicos. Todo empezó, nos cuenta José, hace diez años, cuando se jubiló; entonces comenzó a tener tiempo para hacer lo que le diera la gana y fue cuando su hijo Carlos le introdujo en este mundo. Y entre él y sus dos hijos iniciaron una aventura que aún continua. Y es que además de restaurar este Seat 600 del que luego hablaremos, han llevado a cabo la restauración de otros vehículos entre José y sus hijos Carlos y Sergio. Nos comenta que lo hacen todo, salvo la pintura, ya que no tienen el lugar adecuado para ello.
Como muchos otros coleccionistas, los inicios fueron con un Seat 600, en el caso de José y sus hijos fueron dos. El que está en la imagen es un 600 de 1961, de primera generación. El vehículo lo compraron hace nueve años y fue el que sirvió de conejillo de indias para ver qué era capaz de hacer la familia González. José nos cuenta que por aquel entonces estaba recién jubilado y sus hijos empezaron a darle trabajo, aunque nada sabía de mecánica, ya que él había trabajado toda la vida en la construcción. Pero nos dice que poco a poco y con paciencia fue avanzando y al final era capaz de hacer cualquier cosa. Además, asegura que la mecánica de estos vehículos es bastante sencilla, por lo que es fácil cogerle el tranquillo. El coche ya se compró para restaurar.
Carlos, que es el cerebro de todo, fue el encargado de adquirirlo y una vez comprado, en la casa se comenzó el trabajo de restauración. Nos dice José que no estaba muy mal, aunque, lógicamente, necesitaba un buen repaso de todo y en ello se pusieron hasta conseguir dejarlo en las mejores condiciones para poder utilizarlo, que es lo que hace ahora nuestro protagonista. Se ha convertido en el encargado de la conservación de este coche y de otro 600 que hay en la familia y del que hablaremos en próximas fechas. Afortunadamente, a José le ha salido una buena aliada, su mujer, y juntos pasan muchos fines de semana paseando con este precioso coche que es el símbolo de una época que revolucionó la sociedad española. José, que ahora tiene 71 años, sabe bien de la importancia que tuvo el Seiscientos en la vida de la gente de su generación.
Junto a su mujer salen los fines de semana con grupos de amigos o acuden a alguna feria de pueblo donde se exponen coches clásicos. Nos comenta que a él personalmente le gusta, ya que es una forma de pasar el fin de semana haciendo además algo entretenido. Y en cuanto a la mecánica, parece haber encontrado su segundo oficio y poco a poco ha ido adquiriendo unos conocimientos que por supuesto no tenía cuando empezó toda esta aventura, que se inició por la afición de su hijo mayor, Carlos, y que ha contagiado a toda la familia, ya que tanto José como su otro hijo, Sergio, se han involucrado en cada proyecto que se ha iniciado en la familia.