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Una renovación muy convincente: Suzuki Swift 1.0 BoosterJet

Un rincón del balneario de la Font Santa nos ha servido como un escenario ideal para este modelo que ha sufrido cambios importantes y todos para mejor.

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Ya está aquí la quinta generación de este popularísimo modelo, cuya primera versión se presentó en el año 1985, es decir que lleva más de 30 años en el mercado, con un buen índice de ventas. Entre la tercera y la cuarta no hubo cambios muy sustanciales, sino que fue más bien un reestyling profundo porque se produjeron algunas mejoras importantes.

En esta ocasión, aunque se le reconozcan muchas facciones similares a las de la versión anterior, sí que se ha producido un cambio bastante profundo en todos los aspectos del vehículo.

Aparte de la adopción de los últimos avances tecnológicos en materia de seguridad y de conectividad, ha mejorado muchísimo en espacio interior, uno de los aspectos de los que más adolecía el anterior y que han conseguido mejorar con nota. En cuanto a diseño, ahora tiene un aspecto mucho más juvenil gracias a unos faros delanteros con iluminación led diurna, que tienen un diseño entre geométrico y redondeado, una combinación que le «sienta» realmente bien. Otro detalle interesante es el hecho de que lleve la matrícula pequeña, ya que está homologado para ello.

La parte posterior ha experimentado más cambios que la anterior en cuanto a diseño de los faros, que aunque parecen más clásicos, sí que encajan perfectamente en el diseño redondeado de todo el vehículo.

MOTOR

La unidad que hemos probado contaba con el motor 1.0 BoosterJet, un propulsor de 998 cc que nos ha sorprendido muy gratamente, ya que nos ha ofrecido mucho más de lo que esperábamos a priori. El hecho de ser un vehículo de relativamente pocas dimensiones y peso ha favorecido claramente que sea muy ágil por ciudad y carretera.

El motor sube mucho de vueltas con gran rapidez, con lo que la sensación de deportividad y de dinamismo se apodera con celeridad del conductor. Hay que decir que el punto de aceleración que nos permite aprovechar sus cualidades es a partir de las 3.500 rpm, disfrutando de estas buenas sensaciones del propulsor.

Una de las grandes asignaturas pendientes de otros motores que hemos probado de similar cilindrada es la recuperación de vueltas en marchas largas, pero en éste la verdad es que tarda bastante poco en recuperar sin problema.

El consumo es otro de sus puntos fuertes, con una necesidad media según la marca de 4,6 litros a los 100 Km, que nosotros hemos elevado sólo hasta los 5,3, que también es una cifra más que destacable. El comportamiento en carretera es bastante bueno, aunque la suspensión está más pensada para la comodidad de los ocupantes que para el dinamismo del vehículo.

En cuanto al interior, los materiales utilizados han mejorado en conjunto, ya que los plásticos duros cada vez están menos presentes, aunque quizá sí es un poco mejorable el tipo de tela utilizada en los asientos, que podrían envolver mejor al conductor.

El equipamiento de serie es bastante completo, aunque la versión que hemos probado nosotros no era la más alta de gama; esta última lleva muchos elementos en materia de seguridad de lo más útiles, como la frenada de emergencia en caso de necesidad.

Antes hemos hablado del espacio interior, un aspecto muy importante en el que la marca ha trabajado mucho y bien, ya que ahora los pasajeros de las plazas posteriores sí que pueden ir cómodamente sentados sin estrecheces, además de contar con un maletero suficiente para llevar dos o tres paquetes grandes que no está nada mal.

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