Hace pocas fechas tuvimos la oportunidad de probar el nuevo Honda Civic en su versión 1.5 VTEC Turbp de 182 CV, una versión que nos gustó bastante en todos los aspectos, el del motor incluido. Y esta semana hemos podido disfrutar de la versión 1.0 VTEC Turbo de 95 kW (129 CV), ambos con la tecnología Earth Dreams, que ofrece el equilibrio perfecto entre rendimiento y eficiencia.
Hay que decir que la marca ha asumido cierto riesgo sacando al mercado un Civic con sólo tres cilindros turboalimentados, pero después de haber realizado kilómetros con él y conociendo de antemano la fiabilidad de la marca japonesa, podemos decir que es todo un acierto.
Recordamos que la primera versión de este modelo se puso a la venta en 1972; seguro que es uno de los modelos mundiales más longevos, junto con el Volkswagen Golf.
La parte delantera se caracteriza por disponer de unos faros muy afilados, con una excelente iluminación full led. Los espóilers delanteros muy bajos y una interesante combinación rojo-negro le acaban de dar este toque deportivo tan especial.
La parte posterior cuenta con unos faros de lo más originales, que recuerdan un poco a las dos generaciones anteriores, pero que a la vez se distingue profundamente de las mismas. La ausencia del difusor que tenía la versión más potente la verdad es que no le viene nada mal, pero los embellecedores le dan un toque también bastante deportivo.
MOTOR
El propulsor 1.0 de tres cilindros y 129 CV nos ha gustado bastante, ya que si bien carece de la explosividad del 1.5 VTEC, se maneja de manera interesante en todos los apartados. La aceleración con salida parada, sin ser una de sus mayores virtudes, sí que es más que interesante y suficiente. De hecho, tarda sólo 10,4 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h.
En la recuperación el 1.0 VTEC también cuenta con unos buenos registros, ya que en marchas largas –incorpora seis velocidades– tarda relativamente poco para volver a recuperar revoluciones.
El consumo es el apartado donde el nuevo Civic demuestra su eficiencia máxima, ya que los 4,8 litros a los 100 Km que indica la marca, nosotros sólo los hemos conseguido subir hasta los 5'8, que también es una cifra muy buena para un vehículo de sus dimensiones y peso. A ello contribuye de forma clara el botón ECO, típico de la marca nipona.
En cuanto al comportamiento en carretera, el Civic traza muy bien las curvas, con la ventaja de poder cambiar la dureza de las suspensiones, lo cual se agradece mucho. Con ello se consigue un paso por curva muy neutro, sin molestas tendencias subviradoras.
El interior también se ha querido adaptar a los diferentes gustos y creo que también ha conseguido su objetivo, al menos por lo que se refiere al europeo.
Ha optado por la información totalmente digital (quizá demasiado), con muchas configuraciones controlables desde la pantalla central, además de todos los elementos de conectividad y de seguridad que lo convierten en uno de los vehículos más seguros de su segmento.
La capacidad interior es notable, tanto en lo que se refiere a las plazas posteriores como en capacidad de maletero, ya que ambos espacios son muy amplios. Lástima que la banqueta de las plazas posteriores ya no permita plegarlas con máxima facilidad, lo que permite poner grandes objetos sin que el maletero se vea perjudicado.