La marca Jeep es un proyecto que nació en Estados Unidos en plena II Guerra Mundial, en 1941, cuando los aliados necesitaban vehículos pequeños, manejables y que pudieran circular por todo tipo de terrenos. Esa función la cumplió a la perfección el primer Jeep de la marca, que se parecía mucho al Wrangler actual, que era descapotable. Se dice que el nombre de la marca proviene de la pronunciación de las siglas G.P., aunque hay otra teoría que lo atribuye al personaje de Popeye, que se comunicaba mediante la repetición de «Jeep Jeep».
Hay que decir que desde la fusión de Chrysler y Fiat, los vehículos de la marca han mantenido el mismo espíritu, pero han cambiado sobre todo en tecnología, que se acerca mucho más al gusto europeo.
El vehículo que hoy nos ocupa, el Renegade, fue lanzado al mercado a finales de 2014 y comparte plataforma con el Fiat 500X, la Smart Global Modular. Si bien estéticamente no son muy parecidos, su comportamiento tiene puntos en común, aunque el Renegade es más todoterreno que el 500X. La parte delantera se caracteriza por contar con un frontal con un diseño bastante parecido al del Wrangler, aunque un poco más estrecho y con más embellecedores.
La parte posterior es más original, ya que adopta unos faros más o menos cuadrados con la luz de marcha atrás en la parte central. Además, dispone de los característicos protectores de los vehículos todoterreno. Se trata de un SUV con bastante influencia de la estética todoterreno en su diseño.
MOTOR
La unidad que hemos probado contaba con el motor 1.6 MultiJet de 120 CV. Se trata de un propulsor diésel con mucha finura de funcionamiento y que tiene fuerza cuando se necesita. Las prestaciones son bastante interesantes, tratándose de un vehículo todo camino, porque el motor sube bastante bien de vueltas desde su inicio, un hecho que suele ocurrir en los nuevos motores 1.6 diésel y que no era tan habitual en los de dos litros. De hecho, tarda sólo 10,2 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h, una gran cifra tratándose de un vehículo de este tipo.
La recuperación también es bastante buena, aunque no está al mismo nivel que en la aceleración.
El consumo igualmente es muy reducido, ya que la media anunciada por la marca, de 4,6 litros, nosotros la hemos subido sólo hasta los 5,6 litros, que es una gran cifra también.
En cuanto al comportamiento, hemos podido probarlo en carretera y en caminos sin asfaltar de montaña. Cabe resaltar que en ambos casos el Renegade se ha mostrado muy efectivo: en carretera quizá tiende a balancearse un poco en curva sin que en ningún caso parezca que pierda la adherencia.
En camino sin asfaltar y con obstáculos, el Renegade se ha mostrado mejor de lo esperado, ya que sortea bien los baches y tiene la fuerza suficiente para subir sin ningún problema. Las suspensiones absorben perfectamente los baches y, a pesar de tener un tarado relativamente duro, los ocupantes van bastante cómodos.
INTERIOR
El interior del Renegade ofrece unos acabados medianos, ya que algunos plásticos son prescindibles. En cuanto a equipamiento, la marca ha sabido combinar perfectamente la última tecnología con la estética clásica de los Jeep. Así, el marcador incorpora una distribución clásica, aunque dispone de una pantalla central a color, que ocupa mucho espacio y que informa de aspectos importantes al conductor. En cambio, la que se encuentra en la consola central es demasiado pequeña (táctil), lo cual dificulta un poco su visión y manejo. Los pasajeros de las plazas posteriores van bastante cómodamente sentados, aunque para tres adultos queda un poco corto. El espacio para las piernas es suficiente.