Primeros momentos de tensión en el desalojo del edificio Neptuno II, okupado por un nutrido grupo de personas que se han instalado e incluso cambiado cerraduras y ubicado candados en los diferentes apartamentos. La presencia de un grupo de empleados de una empresa especializada en la desokupación ha elevado la tensión entre los que quedan dentro del bloque y los que, por motivos personales o profesionales, han tenido que salir y a su regreso han visto cómo se les impedía el acceso al edificio.
Los desokupadores han perimetrado y rodeado el edificio Neptuno II, evitando que puedan acercarse para acceder al mismo a través de los balcones de los apartamentos de la planta baja -se han okupado esa y las dos superiores con más de medio centenar de personas, según los propios okupas- o bien para facilitarles alimento, agua u otros enseres básicos.
En esas se ha producido el primer episodio de nervios en el desalojo, negociado y pacífico, cuando una mujer ha intentado aproximarse a los balcones de la fachada principal para lanzar tabaco a los que allí todavía quedan. Los empleados de la empresa desokupadora se lo ha impedido de buenas maneras y evitando cualquier tipo de enfrentamiento.
La situación podría complicarse con el paso de las horas y la falta de alimentos y agua para quienes queden en el interior del Neptuno II, que se ven expuestos a quedarse fuera en caso de abandonarlo y no tienen opción de recibir avituallamiento desde el exterior. Cabe recordar que los okupas del edificio Neptuno II disponen de corriente eléctrica, pero no de agua corriente.