«Pescar es algo más que salir a la mar. Es historia, cultura, tradiciones y también sobernia alimentaria». Con estas palabras el presidente de la Federació Balear de Confradies de Pescadors, Domingo Bonnin, arrancaba este lunes la protesta de los pescadores profesionales contra las restricciones planteadas por la Comisión Europea para las embarcaciones de arrastre. Unas reducciones que suponen que las 31 barcas de ‘bou’ que hay en Baleares solo puedan salir a la mar 27 días al año (en la actualidad faenan entre 140 y 150 días).
Ante esta tesitura que hace de todo inviable la continuidad de la profesión de arrastre en la comunidad, las 266 embarcaciones de ‘bou’, de cerco y artes menores secundaron el primer día de paros en señal de protesta y exhibieron una ‘tarjeta roja’ al actual comisario de Pesca de la UE, Costa Kadis.
Este martes continuarán la huelga a la espera que el Consejo de Ministros europeos en Bruselas tome una decisión sobre si secunda o no el informe de la comisión europea que recorta la actividad pesquera de las embarcaciones de arrastre del Mediterráneo español en casi un 80 %.
Los pescadores de Mallorca sacaron pecho por la mañana en el muelle de Palma para mostrar su completo rechazo a la medida, y lo hicieron flaqueados tanto por sindicatos (CCOO y UGT), el Govern a través de la consellera de Presidencia, Antònia Maria Estarellas, como también por las patronales Caeb (en boca de Asaja) y Pimem.
«Nos estamos jugando mucho, la gente me pregunta si está en peligro la campaña de Navidad. Lo que está en peligro es el pescado de esta campaña, de la siguiente y la de los años venideros. A no ser que queramos comer gambas de Argentina y calamares de Marruecos», apuntó contundente Pedro Mercant, presidente de Opmallorcamar, la organización de productores de pescado y marisco de Mallorca que gestiona la Lonja de Pescado de Palma.
Mercant recordó que en Baleares la mayoría de pescadores profesionales son empresas familiares y que las medidas que quiere implantar la Comisión Europea «se llevarán por delante no solo a las familias de pescadores de arrastre, sino también a los compradores de pescado, a los transportistas y a los restaurantes que apuestan por el pescado local, etc... Tenemos que ser muy consecuentes de lo que nos puede pasar si no presionamos fuerte para paralizar esta medida», añadió.
Así también lo ha expuesto el sector pesquero español en la carta que, conjuntamente, ha remitido al comisario de pesca de la UE, Costas Kadis, y en la cual le instan a «detener la propuesta presentada por su antecesor en el cargo y que afecta conjuntamente a España, Francia e Italia. Por eso, los gobiernos de los tres países continuarán este martes planteando en Bruselas que, al menos, se mantengan las limitaciones para la pesca de arrastre durante el 2025 como están en l a actualidad. Cabe recordar que desde el 2019 a 2024 ya se ha reducido el esfuerzo pesquero de las barcas de ‘bou’ en un 60 %.
Desaparición del sector
La medida propuesta por Bruselas es duramente criticada por el sector profesional insular que ayer se concentró en Palma procedente de diversos puntos de la Isla. Así lo comentaba Miquel Ferrando, patrón de Cala Figuera (Santanyí) con más de 20 años de experiencia a sus espaldas. Como también Jaume Vidal Pizá también de Cala Figuera que se desplazó a Palma acompañado por su hijo, Jaume Vidal Aguiló, y Alejandro Moya. Tanto Vidal Aguiló como Moyá tienen 21 años y son el futuro del sector profesional. En Cala Figuera todavía hay 4 embarcaciones de arrastre pero los jóvenes profesionales también destacan que la medida que quiere implantar la CE puede suponer dejar de pescar en el Mediterráneo y tener que ir al Atlántico.
Por su parte, el Patró Major de Pollença, Joan Antoni Suau, recuerda que la restricciones que fija Bruselas para las embarcaciones de arrastre afectarán, de manera directa, también la supervivencia del sector de artes menores. Precisamente en Pollença no hay barcas de ‘bou’ pero recuerda «que el arrastre supone el 75 % del volumen de pescado que se captura y consume, si ellos desaparecen, también los tocará a nosotros», lamenta.
Joan Ferando, de Andratx, es marinero en Es Morràs, una de las barcas de ‘bou’ que recala en el Port d’Andratx. Vinculado al sector pesquero desde que tenía 16 años recuerda que la actividad pesquera que se realiza en la actualidad en Balears, es una «pesca sostenible» debido también a las áreas protegidas y prueba de ello es «el buen estado en que se encuentran las pesqueras», añade. «Ya tenemos fijadas cuotas de capturas, por lo que limitaciones como los días, puede suponer la muerte del sector», ejemplifica.