El emblemático edificio de Ca ses Monges en Bunyola ha regresado a la propiedad de las religiosas después de que se rescindiera el contrato de cesión que mantenía con el Govern de les Illes Balears.
Esta cuestión fue trata en una reunión celebrada esta semana entre el Consell de Bunyola y la Consellera de Famílies i Afers Socials, Catalina Cirer.
El acuerdo se había establecido con el objetivo de convertir el convento en un centro para jóvenes extutelados, pero el Ajuntament de Bunyola se opuso al proyecto, alegando que el edificio «no era un espacio adecuado» porque estaba «en el centro del municipio» y ello «no seria bueno para el pueblo». Esta decisión finalmente llevó a la resolución del contrato. Con la rescisión del acuerdo, el edificio ha vuelto a estar bajo la gestión de las monjas propietarias, lo que marca el inicio de una nueva etapa para este inmueble histórico.
Aunque el futuro del convento aún está por definir, se baraja la posibilidad de que el Ajuntament de Bunyola pueda alquilar el espacio para fines municipales, aunque no se ha confirmado oficialmente ninguna decisión al respecto.
Marian Serralta, alcaldesa de Bunyola, expresó su satisfacción por el retorno del convento a manos de sus legítimas propietarias, destacando que esto abre un abanico de posibilidades para preservar y valorizar este espacio tan significativo para los bunyolins y que se encuentra en el centro.
El regreso del convento a las monjas deja atrás una controversia sobre su uso, pero también da paso a nuevas oportunidades para recuperar este espacio histórico y asegurar su aprovechamiento para el beneficio del municipio.