Dos meses después de la detección del primer caso de lengua azul en Mallorca, las infecciones no han parado de crecer pese a las prevenciones que está tomando el sector ganadero. Si en Balears la cabaña de ovejas y cabras ronda las 150.000 cabezas, fuentes del sector aseguran que el 10 % estas, es decir unas 15.000 ovejas, habrían muerto debido a la virulencia del virus.
Si bien todavía no hay datos oficiales sobre el número de ejemplares muertos, la Conselleria d’Agricultura, Pesca i Medi Natural, avanzó esta semana que hay 200 focos de infección detectados. Lo que significa 200 explotaciones ganaderas con algún caso positivo. La tendencia, comentan también algunos ganaderos, no es homogénea en toda la Isla ya que hay puntos como la Serra de Tramuntana donde la afectación es mayor. Hace algunas semanas, ganaderos de la Serra ya advertían de decenas de animales muertos.
«Depende también del tipo de explotación, ya que no es lo mismo tener un rebaño de 300 ovejas que uno de solo 20», comentaba un payés también afectado quien reconoce que algunos ganaderos no informan correctamente de las afectaciones.
El municipio de Santanyí es a día de hoy la localidad con mayor número de casos con 11 focos reconocidos, seguidos de Calvià y Selva (10 focos cada uno) y Sóller con nueve explotaciones afectadas.
La esperanza para el sector ganadero, muy dañado también por la sequía en zonas como el Migjorn, llegará con el inicio de la vacunación el 11 de noviembre. Las primeras 50.000 dosis ayudarán a contener la propagación de la lengua azul, un virus que en esta ocasión causa mayor mortalidad del que se detectó en 2021 y 2023.