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Indignación vecinal en Santa Eugenia por el alto volumen de tráfico

Varios residentes denuncian que más de 5.000 vehículos circulan diariamente por las calles Balanguera y s'Aljub y llenan sus balcones de pancartas reivindicativas

Una de las pancartas colgadas por los vecinos de Santa Eugenia. | F.F.

| Santa Eugenia |

Es un problema que lleva años en boca de los vecinos, a la espera de que una nueva variante en la que trabajan Consell de Mallorca y Ajuntament de Santa Eugenia ayude a paliar un dolor de cabeza que sigue presente para un grupo de vecinos que, diariamente, debe soportar una densidad de tráfico que ronda y supera los 5.000 vehículos diarios.

Ese es el flujo que se estima circula cotidianamente por las calles Balanguera y s'Aljub, la principal vía de acceso y comunicación de la localidad y la que une las entradas desde las carreteras de Sineu y Sencelles. En el paso más estrecho es donde el ruido y las molestias son, además de constantes, más notables a nivel sonoro e incluso medioambiental, pues la contaminación que generan es otro aspecto que denuncian.

Pero más allá del volumen de vehículos, también preocupa a los residentes en esa zona central de Santa Eugenia que algunos no cumplen con las limitaciones de velocidad fijadas dentro del casco urbano de la localidad, donde no se puede circular a más de 30 kilómetros por hora. Radares, señales, pantallas luminosas, badenes... Todas las medidas no parecen disuadir a quienes se saltan la normativa o tienen prisa para llegar a su destino.

Ese malestar ya quedó patente en la creación de la plataforma 'Perill Ma-3040', en referencia a la carretera en cuestión. Desde el Consell y el Ajuntament han recogido el guante y se comprometen a poner en marcha una nueva variante que aligere la carga de tráfico, además de trabajar para ampliar el tramo de la vía entre Santa María y Santa Eugenia entre el casco urbano y Ses Coves.

El cansancio de los residentes queda patente al paso por la calle Aljub, donde algunos vecinos han colgado en sus balcones y fachadas llamativas pancartas reclamando que se respeten los límites de velocidad y recordando el volumen de tráfico rodado que soportan cada día. Una manera de hacer saber y trasladar a todos los que usan esa vía su desesperada situación a la espera de una solución definitiva. Un problema que afecta a su descanso, denunciando una alta contaminación acústica.

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