Porreres instalará hasta diez cámaras de vigilancia en diferentes espacios públicos de la localidad. De esta manera, el consistorio pretende ofrecer una mayor percepción de seguridad a los vecinos así como garantizar una vigilancia continuada y disponer de elementos de prueba ante posibles hechos delictivos.
Pese a que la alcaldesa, Xisca Mora, defiende el «carácter seguro del pueblo», apuesta por esta medida en algunos puntos críticos como puedan ser plazas, instalaciones deportivas o calles.
«Sabemos que la instalación de estos elementos debe seguir un procedimiento muy riguroso pero confiamos que los resultados pueden ser muy positivos». aseguró Mora. La alcaldesa también reconoció el coste económico «importante» que puede suponer la medida aunque matizó que «confiamos que los resultados pueden ser muy positivos».
Desde el área de Interior, el regidor Joan Obrador aseguró que una de las prioridades del Ajuntament es controlar la problemática de consumo y tráfico de drogas «en todas sus formas». En este sentido, considera que las cámaras «nos permitirán luchar más eficazmente contra la delincuencia en general».
Además, Obrador recordó que en los últimos meses algunos lugares públicos como el parque de n’Hereveta ha sido víctima de actos vandálicos «por lo que las cámaras podrían ayudarnos a luchar contra estas actuaciones». Para el regidor «la vídeo vigilancia en las calles es un elemento imprescindible de colaboración con la fuerzas de seguridad».
En total se prevé instalar hasta 10 cámaras distribuidas en 7 puntos de control. Las imágenes grabadas se visualizarán y gestionarán desde la Sala de Coordinación de la Policía Local de la localidad.
«Pedimos poner cámaras en puntos críticos, en definitiva y como es de sentido común, en aquellos lugares donde hemos detectado más actividad delictiva», sentenció Mora.
En concreto las cámaras se prevén instalar en puntos con mucha concurrencia de gente como son el campo de fútbol municipal, el parque municipal de n’Hereveta, el antiguo edificio de s’Escorxador y actual biblioteca municipal, la plaza de la Vila, la plaza d’en Mora, o en los aparcamientos públicos del casco urbano.
«Con esta propuesta mejoraremos la seguridad de nuestros vecinos así como reduciremos la incidencia de la delincuencia en el pueblo y alrededores», matizó Mora. «La seguridad pública debe ser una prioridad para cualquier ayuntamiento que quiera un pueblo cívico y una convivencia sana», sentenció.