Esta año las cosechadoras no han sido las principales protagonistas de la Fiesta del Batre de Vilafranca. Este año, como novedad, se ha cosechado a la antigua usanza con la tracción de un animal. Sin embargo, en la quedada anterior a la segada simbólica, los agricultores de la zona han vuelto a plantar más de veinte maquinas a las fueras del bar Es Cruce para reivindicar la tradición pagesa y «poner en valor el trabajo de los agricultores en nuestra sociedad».
En total, se han sumado a la propuesta más de 800 personas entre payeses y aficionados al campo. Este acto está organizado por los Amics del Batre y el Ajuntament de Vilafranca y se enmarca en las fiestas de la Beata de la localidad del Pla.
La tradición está ya bien arraigada, tanto que lleva celebrándose desde hace quince años.
Joan ‘Gorrió' y Biel Barceló son dos de los organizadores de esta fiesta. Ambos señalan que el objetivo de esta quedada es «celebrar el fin de la cosecha y juntar a la gente que nos gusta o trabajamos en el campo».
Para la ocasión el restaurante Es Cruce sirvió un buen y típico desayuno con porcella y frit de matances.
Además, también cortesía del restaurante de Vilafranca, se repartieron camisetas y sombreros para la ocasión.
Después de la comida, los payeses se desplazaron hasta la finca de Sant Martí para a modo festivo y simbólico hacer la tradición segada colectiva.