La recogida selectiva «puerta a puerta» en la Mancomunitat des Raiguer cumple 18 años con cifras récord, alcanzando el 70 por ciento de residuos reciclados. Estos datos superan con creces los objetivos marcados por la Unión Europea, que son reciclar al menos el 55% de los residuos municipales en 2025; el 60% en 2030 y el 65% en 2035. Los nueve municipios de la Mancomunitat del Raiguer que comparten el servicio (Selva, Lloseta, Consell, Búger, Mancor de la Vall, Campanet, Binissalem, Alaró y Santa Maria) iniciaron la recogida «puerta a puerta» en 2006. Los primeros años, el 76 por ciento de residuos se llevaban a incinerar. En 2023 los porcentajes se han invertido, solo el 30 por ciento han terminado en la incineradora y el 70 por ciento han sido reciclados.
Estas buenas cifras se vienen cumpliendo desde hace unos cuatro años de media, pues los porcentajes varían de un municipio a otro, pero todos ellos superan el 50 por ciento de residuos reciclados. Para evitar el estancamiento y seguir avanzando en la gestión de las basuras, la Mancomunitat ha iniciado una nueva campaña informativa con educadores ambientales cuyo foco se ha puesto en las viviendas vacacionales. En el Raiguer hay registradas unas mil casas dedicadas al alquiler vacacional, de las cuales alrededor de 400 están ubicadas en núcleos urbanos. «Queremos que la información de cómo separar los residuos llegue a quienes alquilan estas casas que están en casco urbano, pues en las fincas de la zona rústica suelen ser los propietarios quienes llevan los residuos al Punto Verde », explica Joana Maria Cerdà, técnica de la Mancomunitat des Raiguer.
La presencia de los cuatro educadores ambientales es aleatoria, van rotando por los distintos municipios y en horarios variados, de modo que puedan detectar a los vecinos que no sacan la fracción de basura que corresponde a cada día, o bien no lo hacen correctamente. En estos casos, no se recoge y se deja con una pegatina advirtiendo el motivo. Por ejemplo, el papel y cartón se deben sacar en una caja de cartón o bolsa de papel, y el cristal, en un cubo, sin bolsa de plástico, mientras que los envases van en una bolsa de plástico.
Para ello, también han sido formados también los empleados de la empresa concesionaria de la recogida de basuras, que etiquetan las bolsas que no han recogido y reportan incidencias. Después, los educadores visitan estos domicilios para informar del motivo por el cual no se han llevado las bolsas y aclarar las dudas que puedan tener los vecinos a la hora de reciclar. En casos de reincidencia notoria, puede intervenir la Policía Local y multar en función de las ordenanzas municipales. Como novedad, este año los educadores también informan sobre la nueva Ley de Bienestar Animal y las obligaciones de los propietarios de mascotas, como pasear a los perros con correa y recoger sus deposiciones en la calle.
Los principales problemas que se registran son el abandono de bolsas en papeleras o en puntos negros como las esquinas, o sacar todos los residuos mezclados en la bolsa de ‘rebuig'. La Mancomunitat des Raiguer, tras resolver una contratación fallida, adjudicó hace un año la recogida de basuras a la empresa Melchor Mascaró por 17.052.386 euros para un periodo de ocho años.
LOS DATOS
De 400 kg a 100 kg por habitante y día. En 2005, cada habitante del Raiguer generó de media algo más de 400 kg de basura al año, de los cuales solo 50 kg fueron de residuos reciclables, como son el vidrio, cartón, papel y envases. Desde entonces, la cifra ha ido bajando hasta situarse en 2020 en torno a 90 kg de residuos por habitante y año. Esta media se ha mantenido en los últimos cuatro años, pero sigue mejorando en los municipios que han implantado la bolsa roja para limitar la generación de rebuig (rechazo) que acaba en la incineradora y repercute en el recibo de la basura.
‘Rebuig' y materia orgánica ya no acaban en el mismo cubo. En 2005 en los 9 pueblos del Raiguer que tienen la recogida mancomunada (Inca pertenece a la Mancomunitat pero presta la recogida de basuras por su cuenta) se recogieron 14.000 toneladas de rebuig y apenas nada de residuos reciclables. En 2015, una década después de la implantación de la recogida selectiva a domicilio, ya se recogieron 2.000 toneladas de materia orgánica y el rebuig bajó a 6.000 toneladas. En 2023, las cifras reflejan que los ciudadanos separan cada vez más y mejor: 4.000 toneladas de orgánica y otras 4.000 de rebuig, de modo que las dos fracciones ya no acaban mezcadas en el mismo cubo, como era habitual; además se recogieron 2.000 toneladas de de envases y una tonelada de vidrio.
Santa Maria y Alaró, a la cabeza en separación de residuos. Santa Maria y Alaró son los dos municipios del Raiguer que más separan, seguidos de cerca por Binissalem. De los residuos que generan los santamariers, solo un 21 % es rebuig y la materia orgánica alcanza el 40 %. Los alaroners también sacan buena nota, con un 23% de rebuig y un 35% de orgánica que será reciclada para hacer compost. Por el contrario, a la cola se quedan Selva, Lloseta y Consell, los tres únicos que no tienen implantada la bolsa roja y en los que el rebuig supone el 41%, 41% y 40% del total de residuos generados por los vecinos, respectivamente. Imponer o no la bolsa roja, que limita la cantidad de residuos no reciclables que se pueden sacar, es una decisión política de cada ayuntamiento.