Llucmajor era ‘sabatera'. Por ello, desde el Ajuntament se organizó hace más de un año una exposición en honor a la industria del calzado llucmajorera y donde se daba a conocer su historia y actividad. Después de la prorrogación continuada de la exposición Llucmajor sabatera debido a su éxito, el Archivo y la Biblioteca Municipal, quisieron clausurar este programa de actos con un cierre muy especial y que diera una visión humana de la industria del calzado en Llucmajor.
La archivera municipal y una de las impulsoras de este proyecto, María Nieto, explicó que para finalizar esta etapa «se ha querido dar voz a los testimonios orales». Para ello, el Claustre de San Bonaventura congregó ayer a varios oradores que relataron en petit comité - las plazas eran limitadas- como vivieron en primera persona la época de esplendor de la industria zapatera pero también su posterior crisis y desaparición. Margalida Vives, ribetera de Fábrica Munar Oliver Mulet - Can Mariero, Rafael Riera, propietario de la fábrica de calzado Migar, Concepción Antequera, ribetera de Can Claret o Toni Munar, fabricante de Calzado Hijo de Miguel Munar - Can Pola, fueron algunos de los encargados de poner voz a esta parte de la historia del municipio.
Esta actividad se llevó a cabo bajo el sistema de las llamadas bibliotecas humanas, una iniciativa que intenta establecer un diálogo directo entre vidas muy diferentes bajo la perspectiva de la comunicación directa entre el público asistente y los protagonistas. Esta exposición no sólo ha recordado una época de esplendor que tuvo lugar en el municipio de Llucmajor sino que ha permitido mostrar a las nuevas generaciones el carácter emprendedor de sus antepasados y ha dado luz a un legado el cual no debe ser olvidado.