El pleno de Santa Margalida aprobó el jueves, con los votos en contra del PSOE, rescindir los dos contratos con las empresas que tenían que construir la piscina cubierta de Can Picafort, tras el plantón de una de ellas que dejó las obras a medias.
La decisión municipal implica renunciar a la indemnización que debería pagar la contratista que no se presentó y no cumplió con el contrato. Además, con la rescisión, el Ajuntament deberá de pagar una indemnización a la que sí inició los trabajos porque no pudo acabar el trabajo al faltar las actuaciones de la otra empresa.
La agrupación socialista de Santa Margalida criticó la decisión municipal y los regidores votaron en contra de la rescisión del contrato. «Supondrá un sobrecoste ya que deberemos indemnizar a una de las dos empresas y el otro no nos indemnizará a nosotros», recalcó ayer el portavoz del partido, Xisco Bergas. Además, recodó que «El tema de esta piscina es un despropósito, y lleva más de un año de retraso».