El antiguo molino de agua de Ca s'Amitger, que data del siglo XIV, volverá a funcionar. El Consell de Mallorca, a través del Consorci Serra de Tramuntana, otorgará una subvención al Santuari de Lluc, propietario de este elemento etnológico, para la restauración de las canalizaciones que permitían su funcionamiento con el agua que le llegaba desde la Font de Josafat.
Así lo anunció ayer el conseller de Presidència, Antoni Fuster, durante una visita a Lluc junto con el director insular de la Serra de Tramuntana y alcalde de Escorca, Antoni Solivellas; el teniente de alcalde, Joan Vicens; la directora insular de Coordinació, Sandra Morell; el prior de Lluc, Marià Gastalver y el diácono Toni Moreno.
El molino de Lluc está situado en la finca Ca s'Amitger junto al camino que llega al santuario desde Son Amer. Hace años ya fueron restaurados sus revestimientos, pavimentos y la maquinaria. Pero el molino no puede funcionar porque no le llega el agua para moverlo. Solivellas explica que el objetivo es restaurar los muros que forman la canal subterránea que suministra el agua. «Las tareas consistirán en la limpieza del recorrido de la acequia y la rehabilitación de los muros que forman la canaleta».
Además se repararán las paredes de piedra de sus laterales para restablecer su forma original. Esta intervención permitirá que se pueda recuperar el funcionamiento del mecanismo, que antaño se usó como molino de harina y como aserradero. La idea es que pueda abrirse a las visitas y, paralelamente, el agua pueda ser conducida para abastecer al Santuario.
Meses atrás, un grupo de jóvenes voluntarios realizaron una limpieza de las canalizaciones que llevan el agua hasta los lagos del jardín naturalista Germà Macià tras ser devastado por la borrasca Juliette.
El Consell financiará el total de las obras, cuyo presupuesto aún está por calcular. El Consell destinará este año 55,6 millones de euros a políticas medioambientales, cuatro millones más que el año pasado. La partida del Consorci Serra de Tramuntana asciende a 2,6 millones.
El prior de Lluc, Marià Gastalver, mostró su «gratitud por el apoyo a este proyecto que será de gran interés para el público».
Los orígenes
La primera referencia documental sobre esta construcción data de 1302, en un documento en el cual la Orden del Temple, propietaria de los terrenos en aquella época, da su consentimiento para la construcción de un molino en la alquería de Lluc, aprovechando el agua procedente de diversas fuentes y de Comafreda.
El molino fue objeto de sucesivas reparaciones y sustitución de elementos del mecanismo hasta el siglo XVII. En 1683 se instaló allí un aserradero, posiblemente para suministrar vigas y material para la construcción de la basílica del Santuario de Lluc. Tanto el molino harinero como el aserradero dejaron de funcionar en 1960, cuatro años después de que la carretera Caimari-Lluc fuese asfaltada y suministrar materiales a Lluc fuese más fácil.