Apenas una semana antes de la esperada subida al Pi de Sant Antoni de Pollença, el Ajuntament ha anunciado las nuevas normas de seguridad para esta edición. Entre las medidas destaca que el Ajuntament prohibe por primera vez subir el Pi a los menores de edad. «Esto ya era una norma no escrita, y aunque es evidente que hay menores de 18 años que son muy responsables, consideramos que la subida del Pi tiene su peligro», explicó ayer el alcalde, Martí March.
También como novedad, se instalará una especie de semáforo para regular la subida. La luz verde dará paso a los participantes y la roja indicara cuando se tenga que esperar para iniciar la siguiente escalada. Además, la recomendación municipal es que el pino no supere los 20 metros de longitud, una cifra que en los últimos años se ha superado ligeramente y ha generado complicaciones. «Las calles de Pollença son estrechas y medio metro arriba puede dificultar e impedir que el tronco llegue a la Plaça Vella», matizó March.
De hecho, esta última medida se ha decidido debido a las complicaciones que se dieron el año pasado para trasladar el Pi desde Ternelles hasta el centro. En general, la pasada edición tuvo algunos contratiempos. El retraso en la llegada del Pi, obligó a clavarlo rápidamente, por lo que quedó demasiado inclinado. Además, alguien lo untó de manteca, por lo que resbalaba más de lo que debería.
Precisamente el Ajuntament emitió un comunicado días después de la fiesta lamentando la situación: «La aplicación a escondidas de saïm en lo alto del pino (la organización sólo pone jabón hasta la segunda cuerda) y la inclinación de este, causada por las ansias de subir y la aglomeración de gente, que no va dejar clavarlo en la plaza como es necesario provocaron situaciones innecesarias y peligrosas». En ese sentido, este año se ha elaborado una lista con los nombres de los responsables de cada acción que también vigilarán que no se comentan estas irregularidades.