La Comissió de Medi Ambient de les Illes Balears (CMAIB), que depende de la Conselleria de Territori, ha exigido a Ports IB una serie de modificaciones que debe incluir en la propuesta inicial de la instalación de un campo de 30 boyas ecológicas en Sa Foradada, debido al «significativo impacto ambiental del proyecto», según informaron ayer fuentes autorizadas de la Conselleria. Además ha notificado a la administración promotora la necesidad de un informe de impacto ambiental.
Respecto al proyecto, la administración exige a Ports IB una retahíla de cambios. En primer lugar, recuerda que los puntos de fijación de las boyas solo podrán estar en zonas libres de posidonia; es decir, en fondo arenoso o rocoso. También estipula que se deben priorizar a las embarcaciones pequeñas (con una eslora inferior a 9 metros), reservándoles hasta la mitad de los puntos de amarre.
Mientras tanto, para los barcos de entre 9 y 15 metros de eslora, se pide una reserva del 35 % y para los de más de 15 metros, solo el 15 %. En esta misma línea, la CMAIB veta directamente a los barcos de más de 20 metros de eslora. La administración también prohíbe el fondeo libre en la zona y exige que se habilite un sistema de reserva online de los amarres.
Con el fin evitar peligros para las personas que accedan a la cala, Ports deberá instalar un sistema de balizamiento que indique las zonas de baño, así como el canal de entrada y salida para los buques.
Otro de los puntos que aclara la Comissió de Medi Ambient es el procedimiento para retirar los muertos de hormigón. «Se debe incorporar un estudio elaborado por un experto ambiental subacuático sobre la conveniencia o no de su retirada según la posible afección a las comunidades marinas», detalla la resolución de la CMAIB. Asimismo también se exige que se tengan en cuenta el resto de informes recibidos por las administraciones afectadas.
Aún así, Ports IB no solo prevé la instalación de un campo de 30 boyas ecológicas, sino también proyectó en su Plan General la construcción de un amarre en el pequeño muelle de la cala. En concreto, se pretendía instalar un amarre «para embarcaciones de tipo crucero». Esta última actuación ha sido directamente descartada por la CMAIB, ya que «se considera que el desembarco masivo de personas en una cala tan reducida (...) no es adecuada para la conservación de la zona», según se detalla en la resolución.