La Mancomunidad del Pla ha finalizado la tramitación de dos planes destacados e imprescindibles para optimizar la gestión del agua. El plan de gestión sostenible y el plan de gestión ante situaciones de emergencia por sequía. Ambos tienen por objetivo garantizar la mejor solución posible para actuar con la máxima eficacia con un recurso básico com es el agua.
Estos planes forman un texto único para la vigilancia, la prevención y la decisión en caso de carencia de agua, y también para el establecimiento de medidas correctoras previas que eviten llegar a la situación de sequía. Sin embargo, cabe destacar que la mancomunidad, formada por 14 pueblos, aglutina diferentes problemáticas de cantidad y calidad a lo largo de todo el territorio, lo que dificulta aún más una solución única.
Con un censo de 32.451 habitantes (2020) el consumo de agua del Pla oscila alrededor de 138.878 m³ de agua al año. Además, comporta una tendencia muy escalonada, donde se destaca los meses de julio y agosto y los de enero y febrero, los más cálidos y más fríos del año respectivamente que es cuando hay más y menos consumo. Un consumo que realizan en mayor medida las viviendas, que son las que gastan más agua. De hecho representan más del 86% del consumo del Pla. Cabe destacar también el crecimiento del agua destinada a riego que se ha incrementado en los últimos años. Ante estos datos y como resultado de ellos, el plan aprobado pretende ser la herramienta de vigilancia que gestione los episodios de escasez de agua en las cuencas internas del Pla. Su objetivo es adaptar medidas anticipadamente antes de que la carencia de agua sea una realidad, y además, prever las medidas que se tienen que llevar a cabo en caso de darse una situación de sequía.
El documento está complementado por un segundo plan que incluye un programa de medidas para definir las acciones en materia del ciclo del agua para los próximos años, tal como determina la Directiva marco del agua europea.