Un grupo de colaboradores del Parque Arqueológico del Puig de sa Morisca han lanzado una campaña para tratar de concienciar a los visitantes de que deben recoger los excrementos de sus perros, así como llevar las mascotas atadas durante sus paseos por este espacio público de Santa Ponça. La campaña consiste en acciones como reemplazar cada «caca» recogida por un cartelito en el que instan a los propietarios de los perros a hacerlo ellos mismos. Con frases como «nos gustan los perros, no las cacas», quieren apelar a la responsabilidad con un toque de humor.
Más de 200 al día
El Puig de sa Morisca, con más de 45 hectáreas de terreno, es un entorno de gran valor natural y arqueológico que atesora restos de las distintas civilizaciones que lo han habitado a lo largo de la Historia. El parque arqueológico recibe a más de 70.000 visitantes al año, un éxito que, sin embargo genera quejas por el abandono de los excrementos de las mascotas y por pasearlas sin correa.
De la charla a las redes sociales
Para abordar estas dos cuestiones, el personal que gestiona el Puig de sa Morisca ha programado varias acciones. En primer lugar, una «charla amistosa» con los visitantes, especialmente con aquellos que pasean con perros, desde un punto de información que se instalará en la entrada del parque.
También se realizará una actividad de recolección de «cacas» de perro en la entrada y en los principales senderos del parque, reemplazándolas por los citados carteles; y en tercer lugar, la campaña se trasladará a las redes sociales a través del perfil @parcsamorisca, animando a la comunidad a compartir sus ideas con etiquetas divertidas como #adioscacas.
El equipo educativo del Puig de sa Morisca lamenta «la acumulación de más de 200 cacas de perro en una sola vuelta» y recuerda a los dueños de las mascotas que estos comportamientos incívicos están tipificados en la normativa municipal y pueden resultar en multas de hasta 3.000 euros. «El objetivo es crear un parque limpio y agradable para todas las personas y animales, y la colaboración es fundamental», señala el personal. Por su parte, el teniente de alcalde de Urbanismo, Jaime Bujosa, añade que «no queremos imponer prohibiciones, sino concienciar a los usuarios de forma divertida de que deben retirar las cacas, que no son abono».