La cooperativa de Artà se ha convertido en pionera en la creación de la primera comunidad energética de fórmula cooperativa de las Illes. Este proyecto se presentó en sociedad y contó con el presidente de la cooperativa, Pere Massanet, el gerente, Albert Ferrer que expusieron las características de este plan ante un numeroso público. Según explicó Ferrer el desarrollo de esta comunidad energética de autoconsumo compartidos de 100 Kw consiste en la instalación de placas solares en altura, en unos 2,05 metros o 2,20 metros para que pueda circular un tractor por debajo.
Se podrán cultivar olivos, almendros o algarrobos que irán rodeando toda la instalación fotovoltaica y entre las placas se pondrán cultivos hortícolas, según el terreno. Cada instalación ocupará 500 metros cuadrados en altura». El gerente destacó que «aunque no todas las parcelas son óptimas hay muchas en desuso que prodrían entrar en el proyecto».
Los vecinos de Artà podrán ponerse en contacto con la comunidad energética para consumir energía generada por este procedimiento para tener un impacto positivo en sus facturas. Así lo explicó el gerente, «de esta manera forman parte de una comunidad que hace frente al cambio climático y a las grandes empresas energéticas».Por su parte el presidente destacó que «este proyecto, que combina agricultura y energía, nace con el objetivo de hacer más rentable la actividad agraria para atraer a los jóvenes al sector ahora que la producción de energía sostenible es más barata para la gente».
La intención de la cooperativa es poner en marcha esta comunidad energética en 2024 con 5 instalaciones en Artà en fincas próximas de la zona urbana. La inversión inicial prevista es de 1,4 millones de euros con una capacidad de generación de 1 millón de kWh al año suficientes para proveer a 300 viviendas. La segunda fase, ya en 2025, supondría crecer hacia la Colònia de Sant Pere incorporando más explotaciones en desudo con una inversión de 2,8 millones».