El camping de la Colònia de Sant Pere escribe las últimas letras de su historia. En pocas semanas este complejo turístico, polémico desde sus inicios, quedará reducido a la nada. Y es que la propiedad tiene que finalizar su demolición en el mes de noviembre. Las máquinas van cumpliendo su función y uno tras otro van cayendo los apartamentos.
En el mes de julio se iniciaron los trabajos iniciales de derribo para acatar la sentencia firme del mes de febrero de 2022 que consideraba estos bungalows «ilegales e ilegalizables». El plazo de ejecución de las obras se fijó en cuatro meses. Hace 17 años que la Comissió Insular d'Urbanisme abrió un expediente de infracción urbanística tras la lucha de los partidos ecologistas de Artà que denunciaron estas obras. Ha sido todo un periplo judicial. Esquerra Unida de Artà presentó hace más de dos décadas la denuncia.
El proyecto de demolición presentado fue autorizado por el Ajuntament el pasado día 15 de junio.
Los bungalows se derriban in situ. El propietario a mediados de marzo de este año contactó con el Ibavi para ofrecer «módulos prefabricados para convertir en casas». Un anuncio que levantó suspicacias al existir esta sentencia de demolición.