Es la fiesta más esperada. Montuïri, año tras año, en la ‘revetla' de Sant Bartomeu se rinde a la fiesta, a los aromas de alhabaca, a las llandarades de'n Banya verde y cae a los pies de los Cossiers. Miles de personas han demostrado el valor de la tradición desde el primer momento en que en la Plaça, frente al Ajuntament, ha sonado con toda la fuerza y en medio del calor humano ‘Flor de Murta'. Pasaban las 18,30 horas cuando ha estallado la fiesta. A partir del primer baile se ha iniciado un recorrido por todo el municipio. Y tal y como manda la tradición los protagonistas y los asistentes han vibrado, a cada paso y en cada una de las canciones.
Desde la Plaça Major la comitiva empieza un maratoniano itinerario que se prolongará durante horas con paradas en los diferentes domicilios. El flabioler Tomàs Salom junto con los xeremiers acompañan en este periplo a la dama interpretada por Josep Canuto y a los Cossiers que en esta ocasión fueron Tomeu Verger, Toni Miralles Martorell, Toni Nicolau Vaquer, Miquel Ginard Fiol, Miquel Miralles Mayol y Bartomeu Rafel Ginard Bauzà. La figura más temida y la más buscada es otra vez más la del ‘Dimoni' y quien se ha puesto en su piel ha sido Joan Mesquida.
Casi siempre son los más jóvenes los que buscan en Banya Verde. Corren por delante y más de uno se lleva un buen latigazo. También se pueden escucahar algunos llantos entre los más pequeños a quienes no les gusta la imagen del Dimoni y mucho menos las ‘corretjades'. El olor de la albahaca, el colorido de los vestidos de los Cossiers llenan las calles de Montuïri al igual que el ritmo de las canciones ‘Obriu-mos' ‘Dansa-Nova', ‘Mestre Joan'... Año tras año la fiesta se hace grande y son muchos los visitantes llegados desde diferentes puntos de la isla que se acercan a disfrutar de esta tradición.