Una empresa controlará a partir de ahora la proliferación de cabras salvajes que campan a sus anchas por el municipio. Se estima que puede haber más de cien ejemplares en la zona de Camp de Mar que, con la llegada de la calor, los animales bajan a las zonas urbanas entrando incluso en jardines privados para comerse sus plantas o beber en sus piscinas. «Es un problema que tenemos desde hace años y que ha generado muchas quejas vecinales», recordaba ayer el regidor de Medi Ambient, Antoni Nicolau.
Ante esta situación, el Ajuntament de Andratx ha contratado a una empresa especializada que, a partir de la semana que viene, actuará en diferentes zonas del municipio. Así, en la zona de Camp de Mar se pondrá un cercado a imitación de una gàbia enganadora, donde los animales podrán entrar pero no salir. En las zonas urbanas, las capturas se realizarán con lazo, según añade el regidor responsable. «Luego, la empresa se hace cargo de las cabras con el objetivo de controlar la población», aclara Nicolau.
Si bien esta situación se repite en diversos municipios de la Isla, Sóller ya optó por esta opción para controlar el exceso poblacional. En Andratx hay dos puntos conflictivos, uno sería la zona de Cala Llamp y Camp de Mar, y el otro en Sant Elm, donde se ha detectado un grupo menor.