Dolor, tristeza y mucha rabia contenida. A pesar de que han pasado catorce años nadie olvida aquel 30 de julio del año 2009 cuando la banda terrorista ETA acabó con la vida de Carlos Sáenz de Tejada García y Diego Salvá Lezaun, ambos agentes de la Guardia Civil destinados en Calvià. El atentado aconteció 36 horas después de que estallara un coche bomba en Burgos que tenía por objetivo una casa cuartel de la Benemérita.
Este domingo, bajo un sol de justicia, el Ayuntamiento de Calvià ha rendido homenaje a los fallecidos. El alcalde del municipio, el popular Juan Antonio Amengual, pidió a todos los asistentes nada más comenzar el acto un momento de reflexión. «El día que explotó esa bomba Diego tenía 27 años y Carlos 28, tenían la vida por delante. Invito a reflexionar cómo habría sido cada día robado durante estos 14 años, más de 5.000 atardeceres».
Acto seguido, el primer edil recordó los 42 años de atentados de la banda terrorista ETA y el triste balance de más de 850 personas asesinadas, entre ellas 214 integrantes del instituto armado. «Carlos y Diego sólo eran dos jóvenes, pero murieron porque llevaban el uniforme de la Guardia Civil. Todos sabemos el daño que buscó ETA aquí, en plena temporada turística. Sé que no olvidáis, que ese mensaje cruel está en nuestra memoria. ETA quiso doblegarnos como sociedad y derrotarnos como país. 42 años de crímenes, pero fracasó», afirmó Amengual en su intervención.
Para finalizar su intervención, Amengual ha apelado al himno en homenaje a los caídos y a su frase «la muerte no es el final», y seguidamente se ha llevado a cabo un minuto de silencio. «En Calvià fue el final de ETA, el triunfo de la democracia. Hoy rendimos homenaje a las víctimas por la paz, y dados los actuales equilibrios políticos me pregunto si tenemos que olvidar a nuestros muertos o si podemos tener memoria para defender la democracia y defendernos de los que atentan contra la Constitución», concluyó.
La presidenta del Govern, Marga Prohens, también tuvo palabras de reconocimiento para el trabajo que realiza a diario la Guardia Civil y calificó de «valientes» a Diego y Carlos, «dos guardias civiles que fueron asesinados por ser agentes, por servir a su país y por velar por la seguridad de todos nosotros», concluyó.
Una vez finalizadas las palabras del alcalde, se ha reproducido el himno 'La muerte no es el final', se ha colocado una ofrenda floral en el monolito en honor a los guardias civiles asesinados y se ha escuchado el himno de la Guardia Civil. Entre otras personalidades, el acto ha contado con la presencia de la presidenta del Govern, Marga Prohens; el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne; el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, y la delegada del Gobierno en Baleares, Aina Calvo.