El batallón de cristianas que luchan con Joan Mas en el Simulacro de la Patrona de Pollença ha reunido a 50 miembros en cinco días después de hacer un llamamiento público a la participación. Temían que, una vez pasada la novedad del batallón femenino que se reintrodujo en la fiesta en 2019, no hubiera chicas suficientes para mantenerlo vivo. Nada más lejos de la realidad.
El batallón ha reclutado en solo cinco días a las cincuenta mujeres que necesitaban para garantizar la embestida femenina en Sant Jordi. Una parte de ellas se ha reunido ya con Joan Mas y Dragut para cerrar los detalles de su participación en las fiestas de la Patrona.
Las mujeres del batallón crearán una barrera a la altura de la esquina Cortera, cerrando la calle Sant Jordi. El grupo que hará la embestida se situará después de la primera barrera y un tercer grupo creará una segunda barrera detrás de ellas para garantizar su seguridad.
La principal novedad de este año es que las mujeres no se limitarán a embestir a los moros cuando reculan hasta Sant Jordi sino que una vez entren, de manera totalmente coordinada con los cargos, se colocarán en distintos puntos colaborando con las barreras que se hacen habitualmente en el simulacro de la batalla de los moros y cristianos para garantizar que haya espacio para hacer el combate en Sant Jordi.
Aunque la participación del batallón femenino está garantizada, sus coordinadoras animan a otras mujeres a apuntarse a reforzar las barreras, para aguantar mejor la presión. El sonido de los cuernos es la señal que marca el momento en el que las mujeres se suman a la batalla. Lo hacen en grupo para recuperar un momento histórico del simulacro que se representaba antes de 1860, según los expertos, pero que se perdió con el paso del tiempo.
Además de estrenarse en las barreras, algunas mujeres harán sonar los cuernos el 2 de agosto por primera vez. La organización recuerda que una vez se monten las barreras en el tramo de Sant Jordi, tal y como ocurre con el resto de barreras del Simulacro de la batalla, nadie podrá acceder, salvo las cristianas que llegan después y quieren entrar en la batalla que podrán hacerlo por la trasera de Sant Jordi.