La Pujada a Lluc a Peu desde la Part Forana podría ‘salvarse'. Meses después de que los Antics Blavets de Lluc anunciaran su renuncia a organizar la tradicional marcha al Santuario desde 45 pueblos debido a las exigencias «inasumibles» por parte de la Administración, los Antics Blavets ahora no lo dan todo por perdido. Así lo aseguró este lunes Llorenç Gelabert que, junto a otros tres miembros de la junta directiva de la asociación, se reunieron con el conseller insular de Presidència, Antoni Fuster, para buscar una salida a las exigencias que fija el departamento de Emergències del Govern.
«Estamos muy esperanzados que podamos mantener la Pujada tal y como la hemos hecho durante más de 40 años», señaló Gelabert tras la reunión. Desde el Consell, Antoni Fuster se comprometió con los organizadores a «hablar con Emergències y con todos los departamentos del Govern y el Consell para resolver esta situación», aseguró el conseller insular a este periódico. Por ello, Fuster pidió a los Blavets un plazo de diez días para realizar las «gestiones necesarias» y «encontrar una solución para que este mismo año se pueda realizar la marcha como siempre se ha hecho».
Hasta el momento, los Blavets habían anunciado que todos los marxaires saldrían desde Inca la madrugada del 10 de septiembre, ante la imposibilidad de poder cumplir los requisitos que se les exigía para que los peregrinos salieran cada uno desde su municipio como se ha hecho durante 42 años. «Si se retoma el plan de autoprotección que había en 2021, se podrá hacer. El problema es que las exigencias que formuló Emergències el año pasado son nuevas e inasumibles para nosotros», recalcó Gelabert.
El informe de enmiendas de Emergències de 2022 incluía que debían aportarse «itinerarios reales con rutrómetro completo», establecer «qué tiempo de entorno tiene cada itinerario» o que los peregrinos no podían ir por la carretera sino que la marcha tenía que hacerse por caminos «Estudiaremos todas las posibilidades posibles y, si es necesario, desde el Consell también ayudará a la organización con las cuestiones técnicas», destacó el conseller de Presidència en un intento para mantener en pie esta cita cuya modificación ha provocado la indignación de muchos peregrinos. Los organizadores confían que pueda realizarse con normalidad y que, un año más, miles de personas suban hasta el Santuario a pie desde los diferentes puntos de la Isla.