Le avalan doce años de experiencia y la ilusión de seguir velando por el bienestar de los vecinos que residen en los 14 municipios que conforman la Mancomunitat del Pla. Joana Maria Pascual (Ariany, 1969) ha revalidado su cargo como presidenta con muchos proyectos y retos.
Su experiencia sin duda es un grado. Tras 12 años al frente, ¿cuál es su valoración?
—No puede ser más positiva. La Mancomunitat no es una entidad en la que se venga a hacer política. Es un órgano de gestión que lleva a cabo actuaciones por consenso. Desde sus inicios ha crecido mucho en competencias, en presupuesto, de cada vez es más laborioso. Empezamos gestionando los residuos y servicios sociales, luego asumimos la gestión del agua; después se creó un departamento de promoción económica y en la legislatura pasada también asumimos ocupación, la promoción turística y igualdad.
¿La Mancomunitat vendría a ser el Consell de los ayuntamientos?
—No, al contrario. Es un órgano que está por debajo de los ayuntamientos, que gestiona las competencias que se delegan y que funciona porque los municipios que integran la Mancomunitat son muy pequeños.
Ahora se vive un buen momento, con una buena economía pero hace unos años se puso en peligro su continuidad.
—La verdad es que económicamente lo pasamos muy mal. Hubo deudas muy importantes pero todos nos volcamos e hicimos un esfuerzo muy grande para reconducir la situación. Y ahí estamos con una economía saneada. Yo creo que la clave de nuestro éxito radica en que son pueblos muy pequeños con problemáticas parecidas; con servicios compartidos que serían muy difíciles de gestionar de manera individual. Al tener la fuerza de 14 municipios, rentabilizamos muchas cosas.
¿Cómo afronta la nueva etapa?
—Por una parte con mucha ilusión y otra con preocupación ya que hay pendiente la resolución de algunos concursos importantes.
El problema del agua se eterniza...
—Uno de nuestros grandes retos es dar una solución a la problemática del agua. La legislatura pasada nos ocupó mucho tiempo. La mitad de los municipios tiene una mala calidad del agua con parámetros por encima de los valores permitidos y en otros caso problemas de cantidad como es el caso de Montuïri. Ha sido una legislatura convulsa en este sentido. Menos mal que tenemos unas arcas saneadas y con recurso porque el problema es muy grave. Se tuvo que abastecer con camionadas de agua. Hemos trabajado mucho para evitar las pérdidas de agua. Creo que no se nos entendió ni se dio la importancia que tiene. Pedimos a Medi Ambient la posibilidad de interconectar los municipios con la red de Abaqua. Conseguimos firmar un protocolo de actuación, que es una declaración de intenciones que se llevará una tubería hasta Sineu. Pero el problema es que tenemos que pagarlo nosotros. Somos los municipios más pobres y tendríamos que pagar no solo la instalación sino también su mantenimiento.
Os tocará convencer al nuevo Gobierno...
—Vamos a tocar todas las puertas, que nos conozcan porque a cada principio de legislatura sobretodo si hay cambio de partidos lo que más nos cuesta es que entiendan el funcionamiento de la Mancomunitat y sin duda es un órgano necesario.
El Pla existe, además con muchos encantos turísticos...
—Vamos a centrarnos en la promoción turística ahora que contamos con 3 millones de subvención. Se ha adjudicado un estudio de la situación actual para saber cual es el turismo que queremos y llevar a cabo las diferentes acciones. La idea es crear rutas ciclo turísticas, de senderismo. Evidentemente apostaremos por políticas de turismo sostenible.No queremos turismo de masas.Queremos conservar nuestra fisonomía y costumbres.
¿Cuál será vuestra apuesta?
—Queremos un turismo deportivo, familiar, de gente que quiera conocer Mallorca, el interior de la Isla. Tenemos mucho que ofrecer: una gastronomía excelente, rutas vitivinícolas, nuestro producto kilómetro cero... El Pla es una zona tranquila. La gente puede venir a disfrutar del relax, de sus establecimientos de calidad, de una restauración excelente, de caminos en buenas condiciones y de un amplio patrimonio cultural.
Llegar a acuerdos con 14 municipios no debe ser fácil...
—Siempre ha habido una buena sintonía con independencia del color de los partidos. Nunca he topado con acuerdos discordantes. Y es que la Mancomunitat se ha entendido siempre como un órgano de solidaridad entre los municipios.