Los usuarios de las playas del Port de Sóller están molestos por la gran cantidad de embarcaciones de todo tipo que permanecen fondeadas en espejo de agua de la bahía de Sóller. Muchos atribuyen a esta gran cantidad de embarcaciones, entre otras posibles causas, la mala calidad de las aguas que este verano ya se ha hecho notar el Port de Sóller y se preguntan cuando será que la administración competente ponga un límite a esta forma de recalar.
La regulación del fondeo en la bahía de Sóller ha sido reivindicada por vecinos y por el propio Ajuntament desde hace décadas y también de forma repetida por entidades ecologistas como el GOB y Amics de la Terra, especialmente por su impacto sobre la posidonia que todavía queda en este puerto natural.
Desde el control que antes de la pandemia realizó la ahora desaparecida Conselleria de Medi Ambient sobre los fondeos que afectaban la posidonia, no ha habido ningún tipo de vigilancia y algunos días se pueden contar más de un centenar de embarcaciones fondeadas.
Campo de boyas
El hecho es que Ports IB, organismo competente sobre estas aguas, anunció el año pasado a través de su Plan General que limitaría el fondeo en el Port de Sóller a un máximo de 45 embarcaciones, menos de la mitad de las que actualmente hay. El proyecto de creación de un campo de boyas ecológico, para preservar la posidonia, fue aprobado por la Comissió Balear de Medi Ambient y estaría regulado y vigilado por la administración autonómica. Pero la aplicación de este Plan General es una hoja de ruta que no se desplegará totalmente hasta el año 2033, mientras que los fondeos no dejan de aumentar cada verano.
El apunte
Una sola plaza para barcos de entre 15 y 20 metros de eslora
La planificación de Ports IB, cuya aplicación podría tardar aún años, contempla instalar en la bahía una única boya para el fondeo de yates de entre 15 y 20 metros de eslora. De tamaño mediano (de 12 a 15 metros) cabrían diez, además de quince barcos de entre 8 y 12 metros y hasta 19 más pequeños.