La nueva ola de calor que sufre Mallorca ha vuelto a encender las alarmas entre el sector agrario que ve como las inclemencias meteorológicas afectan directamente a sus producciones. Ante tal situación, Unió de Pagesos reclama al nuevo Govern crear una Mesa de Cambio Climático en la cual participen tanto el sector primario como expertos e investigadores de la UIB.
«El clima cambia y los payeses no tenemos otro remedio que adaptarnos. Por eso, seguiremos pidiendo al nuevo Govern que se constituya la Mesa del Cambio Climático, no solo con organizaciones agrarias sino también con miembros de la Universidad y personas que estudien los efectos negativos del cambio climático para que nos puedan orientar y asesorar sobre lo qué tenemos que seguir sembrando de ahora en adelante», señalaba ayer el secretario general de Unió de Pagesos, Sebastià Ordines.
Asegura que los efectos de esta nueva ola de calor afectarán directamente a los cultivos de secano, que son los más débiles. «Tenemos la suerte de que hace un mes llovió unos cien litros en buena parte de municipios de Mallorca, por lo que tenemos unas reservas que ya se están terminando para afrontar este verano», destacó el responsable agrícola al recordar la importancia que tendrá la adaptación de los payeses a esta nueva meteorología. «Ya no podemos mirar lo que se hacía antes, el clima ha cambiado y está todavía cambiando», sentenció.
Por su parte, desde Asaja, su presidente, Joan Company, aclaró que las elevadas temperaturas de estos días pueden afectar plantaciones de secano como pueden ser los campos de almendros donde las ramas puedan romperse debido a que están muy secas. Pese a ello se muestra cauto a la hora de hacer una valoración y asegura que «tendremos que esperar un poco para conocer si la sequía afecta también al fruto de la almendra», señaló. Por lo que se refiere a las plantaciones de algarrobos (que el mes que viene empieza la recogida), son árboles más residentes y, como asegura Company, no parece que puedan sufrir daños.
El agricultor Biel Torrens alertó ayer de la difícil situación para los cultivos de secano y en especial de los campos de almendros ya dañados por la Xyllela fastidiosa. Precisamente las plantaciones de almendros en secano fueron los más afectadas por la bacteria, en especial en las zonas del Llevant y el Raiguer que, al ser árboles viejos –numerosos de ellos abandonados– muchos incluso murieron. «Las altas temperaturas y la situación de sequía los debilita todavía más», explica.