Baleares no está en riesgo severo de sequía agrícola tal y como ocurre en determinadas regiones de la Península. Pese a ello, las cosechas de cereales y forrajes han sufrido las consecuencias de la falta de lluvias lo que se estima que perderán entre un 30 y un 40 % de la producción, tal y como sucedió el año pasado. Estos son los datos que, de momento, maneja la Conselleria de Agricultura que ha convocado para este viernes a la Mesa de la Sequía para analizar la situación conjuntamente con las organizaciones agrarias y cooperativas.
«La situación no tiene la gravedad como la que se da en el centro y sur de la Península», confirmaba este jueves el director general de Agricultura, Fernando Fernández, mientras recordaba que hasta la primera semana de marzo todos los indicadores eran normales. Los valores se revirtieron el mes de abril y mayo por la falta de lluvias, aunque Fernández confía que las precipitaciones de la semana pasada y la que viene mejoren la situación.
Pese a ello, el responsable de Agricultura asegura que estos periodos de sequía serán una constante «por lo que debemos abordar una estrategia a largo plazo para la adaptación del campo al cambio climático, ya que somos vulnerables», apuntó. Por otra parte, Fernández destaca que Baleares «no cuenta con un plan de sequía agrícola que es necesario y que debe hacerse para el próximo periodo».
Otro de los puntos que se tratarán en la Mesa de la Sequía es la preocupación del Govern por la situación de las masas de agua. «Sabemos que la demanda de agua va a ser mayor, por lo que se tendrá que controlar el regadío de manera eficiente», destacó el director general.
Sobre las pérdidas de producción debido a la escasez de precipitaciones, desde el Govern mantienen que sus indicadores apuntan a que son los campos de cereal y los forrajes los más afectados. Descarta que esta escasez hídrica haya afectado las plantaciones de viñedos, almendros, olivos y algarrobos como se creyó en un principio. Fernández también analizará con el sector las ayudas que fijará el Gobierno central para paliar los efectos de la sequía.