Manel Santana, escritor y historiador, presenta este próximo jueves, 20 de abril, a las 19:30 horas en la Institució Pública Antoni Maria Alcover su nuevo libro Memòries del 36, un assaig sobre la memòria històrica a Manacor. Un libro que habla de «memoria y no de guerra civil» donde el autor repasa la evolución de la memoria desde su invisibilización hasta lo que ha supuesto la recuperación de ésta. Un paseo para amantes de la historia pero también para aquellos que quieran entender el mundo de hoy.
¿Cómo descubrirías este nuevo libro?
Es un libro que explica cómo se ha contado la guerra civil a la población. La evolución de la memoria histórica ha sido muy progresiva pero a través de ella podemos entender el mundo.
¿Qué tiene de especial esta localización?
Manacor fue el sitio de Mallorca donde hubo frente real de guerra. Por lo tanto, donde la guerra civil tocó más cerca. Además, fue uno de los lugares en los que más represión hubo.
Cierras el ciclo con el hallazgo de Aurora Picornell, ¿qué ha supuesto este descubrimiento?
Aurora Picornell es un símbolo, y en consecuencia representa muchas cosas y por eso es un hallazgo muy importante y significativo. Pese a ello, no tenemos que olvidar que ninguna víctima es más importe que las demás. Aún así, no podemos obviar que Aurora es un símbolo de la lucha obrera, del feminismo,...
¿Cómo ha sido la evolución de la memoria histórica?
La podemos dividir en tres etapas: una primera de 1936 a 1975, etapa donde se convierte a las víctimas en invisibles. En estos años, las historias de la guerra no pueden ser contadas, pero encuentran una vía de escape en la literatura. Vale la pena nombrar a autores manacorins como Miquel Àngel Riera, Antoni Mus, Maria Antònia Oliver, Guillem d'Efack o Jaume Santandreu. Ellos hacen de la guerra civil motivo de creación literario y muchas de sus novelas contienen historias reales. La segunda etapa empieza después de la muerte de Franco. Las instituciones reaccionan tarde y a causa de ello, nace la Sociedad Civil. Y finalmente, a partir del 2016 encontramos la tercera etapa, en la que las instituciones toman partido y posibilitan la campaña de fosas.
¿Podríamos considerar la última como la más provechosa?
Efectivamente, desde el momento en que las instituciones han intervenido se ha podido realizar una reparación, aunque sea parcial, de las víctimas. Un poco tarde, pero ha llegado.
Bajo tu criterio, ¿qué queda por hacer para cumplir con la memoria y para hacer justicia a la víctimas?
La gran asignatura pendiente es que las penas y sentencias judiciales que condenaban a pena de muerte o prisión a personas durante el franquismo sean anuladas. Es una necesidad. Mientras haya personas asesinadas, tiradas y mal enterradas es nuestra obligación continuar el trabajo para que nadie olvide.
Volvamos al libro, ¿para quién es este libro?
Para todas las personas interesadas en el tema pero también para todas aquellas que quieran entender el mundo actual. Y es que para entender el ahora hay que mirar el pasado. Muchas de las cuestiones del presente se explican por hechos que sucedieron durante la guerra civil. Además, actualmente podemos reconocer en la vida política y social elementos que recuerdan situaciones pasadas y escuchar cosas que probablemente en los años 80 no se habrían dicho.