Una colilla contamina más de 50 litros de agua, tarda entre 10 y 15 años en desintegrarse y suponen el 30% total de los residuos a nivel mundial. Los alumnos de tercero de ESO del colegio concertado de Sant Salvador han impulsado el proyecto «No em fotis cap llosca», una iniciativa dirigida a la gente fumadora de Artà y a los bares y restaurantes para que se cambie este hábito de lanzar las colillas al suelo. La iniciativa educativa ha tenido el apoyo del Ajuntament de Artà. Un grupo de alumnos se reunieron con una representación municipal para dar a conocer la campaña.
En este proyecto se han hecho carteles y dípticos informativos, se ha editado un vídeo explicativo y se prevé hacer ceniceros de bolsillo reutilizables y personalizados que serán repartidos entre los bares y locales que se adhieran a la campaña. El objetivo es que la población fumadora sea consciente del mal que puede provocar una colilla. Además se trata de que los jóvenes aprendan a trabajar para la comunidad de manera altruista y que comprendan la lucha contra el cambio climático. En la asignatura de ‘Cooperació i Serveis a la Comunitat' los alumnos analizan los aspectos que pueden mejorar en el pueblo.
Desde el Ajuntament de Artà han valorado de manera muy positiva esta iniciativa, que tiene por objetivo esta voluntad transformadora, sobretodo cuando surge de centros educativos. Destacan que este tipo de acciones de sensibilización «son un refuerzo a las campañas municipales que se han realizado hasta ahora o aquellas que están en proyecto». Ya en 2021 el Consistorio junto con los negocios de restauración de la Colònia de Sant Pere impulsaron una campaña de concienciación sobre los efectos de lanzar las colillas al suelo.
Se trata de un grupo de 15 alumnos y un profesor con muchas ilusiones. De esta manera manifiestan que «queremos vivir en un planeta que nos ha sido regalado. Lo queremos limpio, libre de contaminaciones y así lo queremos dejar a las generaciones futuras». Cuentan con una experiencia en proyectos diversos de voluntariado, como los sociolinguïsticos, la limpieza de viales, de playas, la retirada de excrementos o los proyectos intergeneracionales.