Las obras de apertura de la calle Ferrilla han sacado a la luz un pozo con numerosa cerámica de origen islámico. Los trabajos que actualmente se realizan en la calle del Rector Rayó para las canalizaciones de agua se toparon hace unos días con un pozo de unos dos metros de altura que contenía restos cerámicos.
El Ajuntament d'Inca se puso en contacto con Patrimoni del Consell y los arqueólogos Magdalena Sastre y Raúl Guardiola comenzaron las tareas de inspección para determinar el origen de estos restos. En una primera fase se han sacado una gran cantidad de tejas rotas y piezas de cerámica. Una vez examinadas se determinará su valor patrimonial.
Según ha explicado el arqueólogo Raúl Guardiola, «los primero que encontramos fue una capa de tejas rotas. A medida que profundizamos ya localizamos piezas fracturadas, lo que nos hace pensar que originariamente este pozo se cubrió con esta cerámica y luego se selló con piedra para condenarlo». Los arqueólogos seguirán hasta destapar todo el pozo hasta alcanzar la base cóncava.
De hecho, «se trata de un método que ya encontramos en las obras de la calle dels Gerrers, aunque los pozos eran de unas dimensiones un poco más reducidas», añade el regidor de Patrimoni de Inca, Andreu Caballero.