La escuela de música de Son Servera, que en 2023 cumple 30 años de historia, tiene su futuro colgando de un hilo. Este viernes fue la última clase de guitarra, clarinete, orquesta, canto coral y lenguaje musical tal y cómo se ha impartido en los últimos años. En marzo será el fin del resto de especialidades. Así lo han denunciado a Ultima Hora familias y alumnos afectados por la situación que la entrada en vigor de la reforma laboral ha provocado al eliminar los contratos de obra y servicio que se venía utilizando desde hace años para la contratación del profesorado de la escuela.
«La única información que tenemos es por parte de los profesores. Ellos terminan el contrato y por ahora, no hay sustitutos, por lo que todo está paralizado»; cuentan desde el grupo de padres y madres. «El Ayuntamiento ha tenido tiempo suficiente para poner solución a esta situación y no lo ha hecho. Sabemos de pueblos vecinos con el mismo problema que ya han resuelto el tema».
Las familias se muestran muy afectadas por el posible cierre pero también por la situación en la que quedan los profesores quiénes para ellos «son el alma» del proyecto, y por los que muchos han apostado por la escuela serverina para su formación.
Por su parte, los profesores denuncian que las opciones que se les han presentado desde el Consistorio no son viables ni económica ni profesionalmente para ellos, además que «pueden implicar perder nuestros derechos como trabajadores».
Legalidad
Las propuestas del Ajuntament pasan por convertirse en autónomos o bien buscar una empresa que pueda facturar. La alcaldesa de Son Servera, Natalia Troya defendió que «no podemos saltarnos la ley». La incertidumbre por el futuro de un servicio que consideran debe ser público y la falta de información clara protagonizan las quejas de una de las partes más afectadas, las familias. Y, aunque el cierre es un pronóstico que se trabaja para evitarlo, a día de hoy el futuro de la escuela y de sus 130 alumnos está en el aire.
Punto de vista
Periodo de adaptación
Lola OlmoCon la reforma laboral los contratos de obra o servicio se restringen a circunstancias muy concretas y su duración se limita a seis meses. Esto debía terminar con el abuso que las administraciones, en general, han realizado de esta fórmula pensada para contratar necesidades puntuales, no para sustituir a los concursos públicos. Pero la inercia no se puede cambiar de golpe, el servicio es necesario y se tiene que prestar, por el bien de los alumnos. Hay que hallar una salida.