La batalla judicial que mantienen desde hace más de 15 años los ayuntamientos de Muro y Santa Margalida, y la empresa pública Abaqua por la gestión de la depuradora de Son Bosc y la construcción de una nueva planta en Can Picafort, ha dado un giro. La justicia ha dado el primer revés a la estrategia del alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, de judicializar la tramitación de este proyecto, al que se opone férreamente, y que jamás se ha llegado a iniciar pese a estar incluido, cada año, en los Presupuestos Generales del Estado.
El Tribunal Supremo ha resuelto no admitir a trámite un recurso de casación presentado por el Ajuntament de Santa Margalida contra una sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB). El fondo del asunto, es que las tres partes, Ajuntament de Muro, Ajuntament de Santa Margalida y Abaqua (organismo de Medi Ambient que gestiona el ciclo del agua) firmaron hace más de 15 años un convenio para la gestión de la depuradora de Son Bosc, situada en Playas de Muro, pero que recibe también las aguas residuales de Can Picafort, resultando insuficiente por el aumento de población y de la planta hotelera.
Dentro de este cruce de pleitos, Monjo dio por extinguido el convenio, basándose en supuestos incumplimientos por parte de Abaqua sobre el mantenimiento de la depuradora. El Supremo considera que las pretensiones del alcalde margalidà no están justificadas. Mientras se libra esta batalla judicial, Abaqua sigue prestando el servicio y en enero anunció que invertirá 700.000 euros en esta planta para eliminar los malos olores que genera.
El apunte
Un litigio entre municipios vecinos que perjudica al medio ambiente
El enfrentamiento entre los dos municipios por la depuradora está estancado y provoca perjuicios al medio natural y al turismo. El alcalde de Muro, Miquel Porquer, se muestra satisfecho ante esta providencia. «La justicia nos da la razón a Muro y al Govern, respalda que Monjo no podía liquidar el convenio unilateralmente, como hizo». El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, cree que «el fondo de la cuestión es que Medi Ambient predica la reutilización del agua depurada y en cambio, en Can Picafort quiere que la tiremos al mar; eso es un despilfarro que vamos a permitir, nosotros queremos reutilizar el agua».