Este año sí. Después de que en 2022 hubiese un intento fallido por parte del Ajuntament de celebrar un Sant Antoni comedido y con restricciones, ayer sa Pobla regresó a su fiesta más genuina, una mezcla de protocolo, tradición y alegría popular que tuvo una gran respuesta por parte del público que abarrotó la plaza Major y el recorrido hacia la iglesia parroquial para celebrar las Completes. La Nit Bruixa poblera regresó a la normalidad tras la última edición de 2020 y, tal como ocurrió hace tres años, la fiesta de carácter más popular volvió a ganar terreno a los actos más protocolarios.
Las actividades santantonieres arrancaron a las diez de la mañana con la visita de los escolares a la finca de sa Llebre para ir a buscar la leña de los foguerons. Otra tradición, que no es demasiado conocida para los que no son poblers, llegó a las dos y media de la tarde cuando los dimonis de la Obreria salieron desde la plaza de la iglesia para realizar un recorrido por las calles del centro, que estaban llenas de gente.
Con el Cerimonial de la sanció històrica poco antes de las siete de la tarde se dio inicio a la revetla de forma oficial y tras la recepción de autoridades, entre las que figuraron Francina Armengol y Catalina Cladera, la comitiva se dirigió hacia la iglesia para celebrar las Completes. Aunque desde 2002, cuando se instauró la figura del Clamater, se espera con muchas ganas el «Visca Sant Antoni!» que realiza la persona elegida, ayer fue muy especial la intervención del Clamater Antoni Gost Curro, un activista cultural muy querido. Tras la ceremonia religiosa, subió al altar para pronunciar un «Visca Sant Antoni!» al que le siguió una respuesta contundente por parte de los feligreses y muchos aplausos. La acción tras las Completas se trasladó de nuevo a la plaza Major, donde los dimonis de la Obreria y luego las colles de caparrots y caparrots minyons ofrecieron sus bailes al público.
El Piromusical se celebró tras unas horas de incertidumbre por la presencia de viento. Después de ciertas dudas por si se iba a llevar a cabo este año en la revelta o se trasladaba a la festividad del día 17, el espectáculo pirotécnico volvió a enfrentar al Dimoni con Sant Antoni en una coreografía de luces, sonidos y colores que se prolongó durante 15 minutos, lo que lo convirtió en el Piromusical más largo que se ha celebrado en sa Pobla.
Una vez finalizado, la plaza se fue despejando y la mayoría de poblers fueron a torrar a alguno de los 162 foguerons autorizados por el Ajuntament que se habían encendido por el municipio.
Otro centro de atención fue la plaza Alexandre Ballester, donde el Col·lectiu Sa Negreta volvió a organizar el fogueró y la glosada populares. Se trata de una propuesta que pretende recuperar el espíritu más auténtico de la fiesta poblera, cerca del fuego y con las gloses como protagonistas. Por el éxito de convocatoria, todo indica que lo consiguieron. En la plaza Major se llevó a cabo la XXXIV Trobada de cantadors i ximbombers poco después de las diez y, pasada la medianoche, arrancó la ximbombada de Sa Negreta.