El alcalde de Inca, Virgilio Moreno, llega con este a su octavo Dijous Bo al frente de Ajuntament. Aunque alguno de ellos haya sido inusual, como los que se celebraron en la pandemia, puede presumir de una amplia experiencia en una celebración que es mucho más que un día de feria para la ciudad. El Dimecres Bo, convertido ya en una enorme cita de ocio y diversión, y el Dijuos Bo, lleno de tradición y modernidad a partes iguales, forman un programa que es la culminación de un largo camino de preparativos, que este año se han llevado a cabo con una especial dedicación.
— Vivimos el primer Dijous Bo sin restricciones por la pandemia. Tras ediciones en blanco o a medio gas, ¿cómo valora que por fin lleguemos a una celebración al 100 %?
— Son fechas muy importantes en el calendario para todos los inquers y este año la ciudad tiene aún más ganas e ilusión que nunca, después de dos años con unas celebraciones adaptadas a las restricciones por la COVID-19. Durante los fines de semana de las Fires han quedado patentes estas ganas de salir a la calle y participar de nuevo de estas tradiciones. Este año tenemos también una mayor participación de entidades, asociaciones y colectivos, que han mostrado una gran predisposición para participar del programa de actos. Para nosotros, los inquers, el Dijous Bo es más que un día, es un sentimiento que nos llena de satisfacción y nos hace sacar pecho. El Dijous Bo lo conforman cada una de las personas que organizan o participan de los actos, contribuyen a fer poble y hacen de la ciudad la capital de las Illes por un día.
— Tras estos complicados años, ¿la organización ha requerido un esfuerzo adicional para volver a poner la máquina en marcha? ¿Cómo ha sido la implicación y de empresas y colectivos?
— La respuesta de particulares, asociaciones, entidades o colectivos ha sido excepcional y todos han sumado para conseguir un programa variado y de alta calidad. Quiero aprovechar la ocasión, una vez más, para darles las gracias a todos ellos, puesto que sin ellos las Fires y el Dijous Bo no serían posibles.
— Muchas de las fires de la Isla han vivido un resurgimiento este año con aforos enormes. ¿Se inicia una época dorada o la situación se normalizará hacia cifras previas a la pandemia?
— La buena acogida y la elevada participación que hemos tenido durante los fines de semana de ferias, son un buen preludio para este Dijous Bo, que esperamos sea un éxito. Hemos tenido más asistentes que nunca, pero creemos que esta dinámica positiva se mantendrá, ya que cada año la programación se va actualizando y ampliando para ofrecer actividades que reflejen el gusto de todos los públicos. No obstante nuestro objetivo es siempre mantener la esencia de cada fira y de las tradiciones de nuestro municipio.
— Cada edición es una oportunidad para que Inca se proyecte, ¿cómo le gustaría que los visitantes percibieran en este momento a la ciudad?
— En Inca, como hemos querido destacar en la última campaña de promoción de nuestro sector comercial y turístico, cada día ocurren muchas pequeñas cosas que nos convierten en un lugar especial. El espíritu trabajador y dinámico de sus ciudadanos, nuestra gastronomía, cultura, tradiciones o patrimonio son detalles que han ido escribiendo nuestra historia y que, aunándose, han logrado posicionarnos de nuevo como la capital de la Part Forana. Gracias a la implicación de todos, la ciudad ha recuperado la posición destacada que se merece. Los inquers e inqueres hemos recuperado también el empuje que siempre nos ha caracterizado. Ahora volvemos a sentirnos parte de una ciudad que avanza y mejora día tras día.